La universidad Keiser Campus Latinoamericano, en San Marcos, Carazo, recibió recientemente la visita de Dennis “El Presidente” Martínez, expícher de Grandes Ligas.
Fue recibido en las instalaciones de Keiser por el presidente de la institución, señor Mathew Anderson, quien dio las palabras de bienvenida ante la audiencia para dar inicio a la presentación de Martínez.
El expícher de Grandes Ligas inició con un breve video para presentar a las generaciones más jóvenes su carrera de beisbol y compartió su historia de triunfo a través de la disciplina, la oración y la perseverancia.
Martínez admitió que estaba más nervioso en un auditorio con 150 personas que en un estadio lleno de miles de aficionados animando y confesó que sus principales logros en la vida eran la sobriedad, la búsqueda de Dios, y casarse con su esposa.
Martínez hizo hincapié a los estudiantes de lo importante que es hacer saber a sus padres que los aman. Con lágrimas en los ojos, animó a todos a ser cariñosos hacia los padres y los hijos.
Asimismo, instó a la comunidad educativa a luchar contra el analfabetismo e impulsar la educación, el aprendizaje de inglés y otros idiomas, así como la perseverancia en tiempos de adversidad para poder cumplir con las metas establecidas, siempre a través de una gran disciplina como él lo ha hecho.
Después de su presentación, Martínez concedió tiempo para sesiones de fotos grupales y autógrafos a sus fans de la comunidad Keiser, llenando muchos corazones de regocijo y admiración. De esta manera se conmemoró el Día Nacional del Deporte en Nicaragua.
UNA CARRERA DE ÉXITOS
Durante una carrera del Beisbol profesional de 23 años, Martínez compiló 245 victorias, 2,149 strikes, y un promedio de carreras de 3.70. Es uno de los mejores lanzadores latinoamericanos de todos los tiempos.
El 28 de julio de 1991, Martínez lanzó el decimotercer juego perfecto en la historia de las Ligas Mayores del beisbol, lanzando para los Expos de Montreal contra los Dodgers de Los Ángeles.
Fue el primer lanzador nacido en América Latina en lanzar un juego perfecto.