La frase que siempre acompañó a Julio Yambito Gamboa fue sangre, sudor y lágrimas, nunca ganó cuando debía hacerlo, y no cumplió su anhelo de cambiarla por sangre, sudor y triunfo. En las cuatro oportunidades que tuvo para ser campeón mundial, fracasó en el intento. Actualmente, desde hace cuatro meses se dedica a lo que verdaderamente le gusta: enseñar boxeo y lo realiza en el gimnasio Róger Deshon de San Judas.
Ahora por fin estoy haciendo lo que siempre quise. Le agradezco a Enrique Armas, vicealcalde de Managua, por la oportunidad que me dio de enseñar boxeo. Ahora estaré apoyando a los boxeadores del Róger Deshon de la Alcaldía, pero los planes son que rehabilitarán un gimnasio en Carretera Norte y me darán el chance para dirigirlo, explicó Gamboa, el púgil que se ganó el respetó de Nicaragua.
Gamboa tiene las secuelas en el rostro de una carrera marcada por la valentía, el coraje de soportar lo insoportable y sobrevivir en pie, no importando cuántas caídas o qué tan grande era su oponente en su tiempo de plenitud.
En su manera de hablar refleja el recuerdo de haber perdido en una dura pelea ante Satoshi Iida aquel 27 de julio de 1998 en su primera oportunidad titular, la decisión dividida ante Jorge Eliécer Julio ocho meses después, y el empate y derrota contra Félix Machado.
Eso pasó y ya nada se puede cambiar. Hoy en día mi meta es formar a un campeón, sentenció.
FALTÓ SUERTE. 28 victorias tuvo en su carrera Julio Yambito Gamboa, sin embargo perdió 14, cinco veces fue noqueado y dos peleas terminaron empatadas.
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A