Pueda ser que más de alguna vez escuchaste este término o en el mayor de los casos, lo has visto o vivido.
Pero antes de alarmarte, debés de estar consciente de que los seres humanos somos variables por naturaleza. Por ello, este trastorno no es meramente de jóvenes ni de adultos.
La vida es inconsistente y respondemos de acuerdo a ello (cambios). Sin embargo, todos somos diferentes en nuestra genética, nuestras experiencias, en la química de nuestro cerebro, así también somos diferentes en la forma en que reaccionamos a los ritmos cambiantes de la vida.
Ahora, ¿sabés la definición de esta palabra? Este es un trastorno mental que se caracteriza por cambios de humor anormales, así como fluctuaciones en los niveles de energía de la actividad y la capacidad para realizar las tareas cotidianas.
Vos como adolescente o joven, tené en cuenta que esta es una enfermedad mental grave que puede dañar las relaciones personales, la carrera profesional, el rendimiento académico, e incluso puede conducir a tendencias suicidas.
¿Cómo saber si se padece de bipolaridad?
Por si no sabías los cambios de estado de ánimo bipolares se llaman “episodios anímicos”.
La persona puede tener episodios maníacos, depresivos o “mixtos”. Un episodio mixto incluye síntomas maníacos y depresivos. Los niños y adolescentes que sufren del trastorno bipolar pueden experimentar más episodios mixtos que los adultos que tienen la enfermedad.
Eso sí, el diagnóstico solo se puede hacer por un experto en la materia y después de una observación cuidadosa, durante un largo período de tiempo.
Entre las características del episodio maníaco están: sentirse muy felices o hacer tonterías de una manera inusual, ponerse repentinamente de muy mal genio, entre otras.
Si hablamos de episodio depresivo, algunas de ellas son: sentirse muy tristes, quejarse mucho de dolores, dormir muy poco o demasiado, sentirse culpables e inútiles.
Tomá en cuenta
Antes que nada, para curar este trastorno el experto en la materia te dirá cómo tratarte. Luego podés poner en práctica estos consejos. Analizar tus tareas con tiempo: Tal vez las tareas parecían más simples en el pasado y ahora te resultan más difíciles. Se sugiere el uso de una escala de 1 a 10 para reflexionar sobre la dificultad de la tarea.
Convertite en un experto. Informate sobre esta condición mental, leyendo todo lo que podás y asistiendo a grupos de apoyo. Reconocé tu propio valor. Concentrate en tu salud, y sobre todo tené confianza en vos mismo.
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