Durante sesiones evaluativas en el nivel universitario, docentes se quejan y les preocupa la deficiencia con que llegan los estudiantes egresados de secundaria. Coinciden en que la mayor dificultad de los estudiantes es la falta de hábitos de lectura provocando falta de concentración, mala ortografía, mala pronunciación, pésima caligrafía y redacción.
Consecuencia de la falta de coordinación entre los diferentes niveles educativos, los docentes de la universidad hacen culpable de esta situación a la secundaria, por su parte la secundaria culpa a la primaria y esta al preescolar, no hay articulación entre lo que se enseña en la secundaria que le servirá para la universidad.
Si hacemos un análisis exhaustivo, podemos determinar que la base de una buena educación radica en la primaria, donde además de fomentar valores el docente debe preocuparse por brindar a niños y niñas una educación de calidad.
La secundaria tiene la obligación de dar continuidad y reforzar los conocimientos que el estudiante adquirió en el nivel anterior.
Un buen maestro no puede omitir contenidos que debe impartir durante el año escolar, se debe cumplir con una programación que permita desarrollar habilidades que le servirán a los estudiantes durante su vida escolar, leer, escribir, interpretar, comprender, exponer investigar etc. Si un niño no desarrolla estas habilidades tendrá lagunas en su aprendizaje y no estará apto para aprobar el grado correspondiente.
El gran error es dar una calificación aprobada a quien no logra alcanzar las competencias básicas, es triste cuando un niño de primer grado llega a segundo sin saber leer, cuando un niño en quinto grado no puede multiplicar, se siente desorientado, de esta manera se le hace un daño al estudiante y se engaña al padre de familia.Está en manos de los maestros brindar una buena enseñanza para que sus estudiantes logren un buen aprendizaje.
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