La justicia suiza aprobó este viernes la extradición de Julio Rocha a Nicaragua, sin embargo, queda por verse si Estados Unidos intenta bloquear el traslado, ya que también ha pedido la extradición del dirigente, sospechoso de haber incurrido en actos de corrupción.
El portavoz del departamento de Justicia suizo Folco Galli dijo que la extradición a Nicaragua depende de que Estados Unidos dé su visto bueno. “Los funcionarios estadounidenses tienen que decidir si están de acuerdo o no con que se le dé prioridad a Nicaragua”, expresó.
Si los estadounidenses no aceptan que sea devuelto a su país, corresponderá al ministerio de justicia suizo decidir qué solicitud de extradición acepta, señaló Galli.
Mientras tanto, Julio Rocha, uno de los siete dirigentes del fútbol que fueron detenidos a finales de mayo en Zúrich en una operación anticorrupción en la FIFA, aceptó ser extraditado a su país, anunció el Ministerio de Justicia suizo.
“En la audiencia de hoy, Julio Rocha, expresidente de la Federación Nicaragüense de Fútbol y exdirectivo de la FIFA, aceptó ser extraditado a Nicaragua”, dijo en un comunicado un portavoz ministerial. La embajada nicaragüense había solicitado recientemente a las autoridades suizas la extradición de Rocha.
En Nicaragua se sospecha que Rocha recibió “sobornos a cambio de derechos de marketing sobre partidos de fútbol a una agencia de marketing deportivo estadounidense”, precisó el portavoz ministerial suizo.
Un comunicado de la cancillería nicaragüense había explicado el jueves que se había presentado “formal solicitud de extradición del ciudadano Rocha López a las autoridades del departamento Federal de Justicia y Policía, a fin de que sea juzgado en base a las leyes nacionales”.
Managua se basa para su solicitud en convenios internacionales, el principio de reciprocidad y la legislación penal de Nicaragua, para que se garantice a Rocha el respeto a sus derechos humanos fundamentales y el debido proceso, según el texto difundido por la cancillería.
La investigación estadounidense por corrupción en el seno de la FIFA llevó a la imputación de 14 personas.
Jeffrey Webb, el primero
Jeffrey Webb, expresidente de la Confederación de América del Norte, Central y Caribe (Concacaf) y exvicepresidente de la FIFA, aceptó ser extraditado a Estados Unidos, donde fue trasladado a mediados de julio. Se declaró no culpable y quedó en libertad bajo fianza tras depositar 10 millones de dólares.
El resto de dirigentes detenidos en mayo continúan detenidos en Suiza, entre ellos otro exvicepresidente de la FIFA, el uruguayo Eugenio Figueredo.
El resto son el costarricense Eduardo Li, el brasileño Jose María Marín, el venezolano Rafael Esquivel y el británico de Islas Caimán Costas Takkas.
Las detenciones en Zúrich se dieron apenas dos días antes de las elecciones presidenciales en las que el suizo Joseph Blatter fue reelegido para un quinto mandato.
El escándalo alcanzó tal repercusión y las críticas a los dirigentes de la FIFA fueron tan grandes que Blatter anunció apenas cuatro días después su dimisión.
Continuará en el cargo hasta el próximo Congreso electivo, que el pasado mes se programó para el 26 de febrero de 2016. Blatter confirmó que no se presentará, por lo que la FIFA tendrá entonces nuevo presidente.
De manera paralela a esta investigación anticorrupción en Estados Unidos, la justicia suiza investiga la limpieza del proceso de atribución de los Mundiales de 2018 a Rusia y de 2022 a Catar.