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Oportunidad de progreso y desarrollo integral

Hoy día se debate en América Latina sobre la implementación de Agendas Digitales que permitan el acceso de las grandes mayorías a los servicios y aplicaciones de todo tipo que son susceptibles de brindarse a través de la banda ancha.

Hoy día se debate en América Latina sobre la implementación de Agendas Digitales que permitan el acceso de las grandes mayorías a los servicios y aplicaciones de todo tipo que son susceptibles de brindarse a través de la banda ancha.

Unos países han optado por la modernización de la legislación de las telecomunicaciones y otros por reformas limitadas en combinación con políticas públicas sectoriales muy específicas combinadas con otras de carácter transversal a fin de fomentar de forma exitosa el despliegue de infraestructura y nuevos servicios. Lo anterior desde luego ha dado paso a discusiones y conversatorios que han concluido con alianzas público-privadas para implementar políticas públicas producto del consenso entre la Administración Pública y el Sector Privado. Se persigue como objetivo primordial el desarrollo integral del país y sus ciudadanos de cara a un mundo globalizado y cada vez más competitivo.

Desde el punto de vista del desarrollo, más allá del precio relativo de un servicio de telecomunicaciones, importa también su despliegue geográfico, su nivel tecnológico y su calidad. Nicaragua está aún alejada de la saturación telefónica, y la renovación y ampliación de su red aún está en proceso. Obviar estos cruciales elementos de progreso podría desviarnos de las verdaderas metas e intereses del país. Por tanto son factores fundamentales para el desarrollo integral los siguientes:

—Infraestructuras multiservicios.

—Servicios convergentes.

—Regulación para la convergencia.

—Protección al consumidor.

—Alianzas público-privadas.

Una moderna legislación, así como la liberalización del sector, debe ser el medio para conseguir la extensión acelerada de las redes. Un objetivo central de ambos procesos debe ser que los ciudadanos, empresas e instituciones tengan fácil acceso a servicios TIC (Tecnologías de Información y Comunicaciones). El lograr precios y tarifas más accesibles y competitivas ha de ser un objetivo paralelo.

En los últimos años hemos sido testigos de una combinación virtuosa de experiencias asociativas público privadas (Brasil, Chile y Costa Rica, entre otros), en donde ambos sectores, el público y el privado, conscientes de los nuevos entornos, han iniciado procesos de alianzas y concertaciones que ha posibilitado la modernización de legislaciones y normas, así como la transformación de las redes tradicionales a redes de nueva generación (NGN).

Una plataforma con la integración de múltiples servicios, en tecnología de paquetes, flexible, con protocolos abiertos, segura y disponible para el transporte de contenidos y aplicaciones. Es así que estamos presenciando la promulgación de legislaciones que propician la inversión y vemos cómo los servicios a través de redes convencionales cambian hacia las redes de IP (Internet Protocol).

La competencia es conveniente para la economía. Sin duda tendrá un impacto positivo en los precios, tarifas y calidad de los servicios. No obstante la competencia inicialmente no impacta sobre todos los servicios y por tanto la modernización del marco regulatorio y liberalización sectorial aún cuando deben acometerse cuanto antes, no deben ser consideradas una panacea en sí misma, sino una oportunidad para el progreso y desarrollo del sector TIC, lo que seguramente coadyuvará a nuestro desarrollo integral como nación.

La evolución del mercado no solo depende de la entrada de nuevos operadores, sino también, del “modo” y “momento” en que estos se incorporen a él. Estas incorporaciones no pueden dejarse al azar, por cuanto deben obedecer a verdaderas políticas públicas. La configuración de un nuevo marco regulatorio debe favorecer el papel de los todos los actores sectoriales.

Las TIC impulsan las economías del presente siglo. Su cobertura y prestaciones son cruciales para forjar el progreso contemporáneo. La correcta “administración en la gestión” de los tres grandes actores de este proceso como lo son el Estado, las empresas y los consumidores, es de vital importancia para el futuro sectorial y nacional.

La modernización de la gestión de las instituciones de la Administración Pública en combinación con políticas públicas responsables cataliza el desarrollo humano y económico sostenible. Sin embargo, no debemos olvidar que en su diseño e implementación debe participar la sociedad en su conjunto.

*Consultor

[email protected]

Economía América Latina banda ancha archivo

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