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“En los años noventa fui parte de un grupo de jóvenes que teníamos la necesidad de expresarnos, así que tomamos todo espacio permitido para pintar. El grafiti se convirtió en una forma de protesta contra las injusticias sociales y un medio para expresar

Cuando las paredes hablan

Hay un dicho que reza: “Cualquier cosa puede encontrarse a la vuelta de la esquina”. Y ¿sabe qué? En Managua puede encontrar arte.

Hay un dicho que reza: “Cualquier cosa puede encontrarse a la vuelta de la esquina”. Y ¿sabe qué? En Managua puede encontrar arte: desde los pixelados bigotes de Salvador Dalí o el pasivo y monocromo rostro de Jesucristo, hasta el multicolor afro de Jimi Hendrix. O simplemente letras: mensajes de amor, consignas, firmas, sobrenombres o cualquier elemento con el que el autor pueda decir: “sí, yo estuve aquí”.

En Managua el muralismo y el grafiti son las dos corrientes artísticas que más se practican y, según Róger Pérez de la Rocha, pintor nicaragüense, la diferencia entre ambos es pedir permiso.

“Si vos le pedís permiso a una señora para decorarle su pared eso ya no es grafiti, es un mural. El grafiti es una acción violenta. Lo importante es que se arreche la gente, porque si no, no es grafiti”, expresa el pintor.

Históricamente las pintas y expresiones en los muros de las calles se han utilizado como una forma de protestar, de rebelarse y de expresar la necesidad impetuosa de ser escuchado.

Gracias a este mismo concepto de la contracorriente los grafiteros han sido asociados con las pandillas y al vandalismo. Sin embargo, Róger Roque, pintor, grafitero y muralista, piensa que las personas que creen en estos estigmas lo hacen por “falta de educación y porque están limitadas”. Él asegura que lo suyo va más allá. Que la pintura urbana es arte.

Arte de las calles

Durante la insurrección sandinista Róger Pérez de la Rocha fue grafitero y de los “confrontativos”, no de los “complacientes”.

“Nosotros hacíamos un grafiti que decía F.S.L.N., salíamos corriendo y la Guardia venía detrás de nosotros con unos baldes de alquitrán y con unas escobas borrando las siglas que habíamos escrito”, recuerda el pintor.

Hace unos tres años, cuando María José Urbina y María Fernanda Carrero empezaban a “grafitear” tuvieron un incidente similar o peor.

Mientras lo cuentan no paran de reír. “Una vez me agarraron”, dice María José, o “Mafe” como se firma cada vez que pinta.

“Andábamos rayando donde sea y tenés que hacerlo rápido para que nadie te vea, pero esa vez a la vuelta de la esquina había una patrulla. Un policía nos vio, nos siguieron y nos montaron a la patrulla”, cuentan. “¿Que no saben que es prohibido?”, les dijeron. Les quitaron marcadores, los aerosoles y las amenazaron con llevarlas a la Estación Cuatro. “Pero nos dejaron allá por el (Mercado) Huembes”, dice María José.

“Las vamos a dejar, pero ya saben…”, les advirtió el policía.

PINTURAS

Según Leonardo Icaza, asesor de Urbanismo de la Alcaldía de Managua, el grafiti es algo que “no está normado. A menos que la pintura sea de carácter comercial, pero si es de índole artístico, no hay una base fundamental de legalidad”.

No está prohibido, pero Icaza considera que debería de solicitársele permiso a la Alcaldía antes de pintar algún espacio público o a la empresa o propiedad, en caso de ser privado.

“Desde ese incidente nosotras siempre que vamos a pintar pedimos permiso a la dueña del muro o del espacio que queremos usar”, aseguran María Fernanda y María José.

La Real Academia Española de la Lengua define grafito como: “Letreros o dibujos circunstanciales, de estética peculiar, realizados con aerosoles sobre una pared u otra superficie resistente”.

Sin embargo, Pérez de la Rocha asegura que para que una pintura sea considerada un grafiti debe ser pintada como modo de protesta y de rebeldía. Sin permiso y sin autorización.

Por esta naturaleza de clandestinidad y manifestación que tiene el grafiti es que, a quienes los pintan, se les ha denominado “pandilleros” o “vagos”.

“Muchas veces nos hemos topado con ese tipo de cosas, pero eso no nos va a detener. Antes de hacer grafiti ya sabíamos que las personas que no entienden lo que significa hacer un grafiti lo primero que ven es a un vago rayando el muro y perdiendo el tiempo. Ya nos han gritado ‘chavalas vagas, dejen de hacer eso, ráyense el c…’ mientras pintamos”, dicen Urbina y Carrero, quienes, a pesar de los estigmas se consideran artistas “porque el grafiti es un arte”. “Un grafiti cuesta. Te estás asoleando, aguantás hambre, todo por querer hacer algo que te satisface como artista”, aseguran.

Cuando se consulta a Róger Pérez de la Rocha sobre los inicios de esta práctica su respuesta es sencilla:

“El grafiti tiene muchísimo tiempo. Los primeros los pintaron los hombres primitivos en las cavernas, todas las manos y las huellas… ¡Grafiti puro!”, exclama el pintor.

Era la misma necesidad de comunicarse y de expresarse lo que llevó al hombre a este medio.

“Las paredes han sido protagonistas de la historia”, asegura De la Rocha.

Según una publicación del Diario LA PRENSA, escrita por Laura Rodríguez Rojas el 15 de junio de 2010, titulada Ideas en aerosol , “el grafiti en Managua se empezó a estructurar como letras en los años ochenta, con una marcada tendencia hacia la música hip hop y punk y luego se incorporaron las imágenes. Y en los años noventa se desarrolló el arte de contenido político y social”.

Durante la dictadura somocista las pintas en las paredes eran una forma clandestina de expresión y protesta contra el régimen.

“En Nicaragua, durante la insurrección hubo un arte muy importante en las calles contra la dictadura”, asegura Marcos Agudelo, arquitecto especialista en Urbanismo.

Actualmente este tipo de expresiones y mensajes de desacuerdo con el gobierno de Daniel Ortega son inmediatamente borrados.

“No al Canal”, “Ortega vendepatria”, “Daniel y Somoza son la misma cosa”, “No a la reelección”, “Democracia sí, dictadura no”, entre otros, son los mensajes que se han encontrado en las paredes de diferentes departamentos del país. A quienes los hacen se les ha llamado delincuentes e inmediatamente se han repintado las paredes donde fueron plasmados. Por el contrario, las pintas con frases de “Viva Daniel”, “Viva el FSLN”, “Patria libre” y otros alusivos al partido de Gobierno se sostienen por todas partes.

Luego de la revolución, el arte de contenido político y nacional, pinturas en las calles con sentido nacionalista e ideológico empezaron a surgir. A esto se le llama muralismo, explican los artistas.

Caras conocidas

Son las 3:00 de la tarde. En la jefatura policial de Plaza el Sol, Managua, unos seis hombres pintan diferentes murales en las paredes el edificio institucional: Sandino, Andrés Castro lanzando la pedrada a un filibustero, Tomás Borge con los brazos abiertos.

Es parte de los preparativos de la celebración del 36 aniversario de la Policía Nacional.

Según Oliver Otero, grafitero, muralista y encargado del proyecto artístico de la Policía Nacional, el muralismo difiere del grafiti tanto en técnica como en organización del trabajo final.

“Es algo completamente permitido y es un movimiento en el que, aunque se pueden utilizar varias técnicas, incluyendo el aerosol, su principal característica es el uso de la brocha y la pintura. Este tipo de expresión usualmente tiene mensajes claros de carácter social y nacionalista. Por esto es la técnica más utilizada en las diferentes instituciones y empresas”, precisa.

La intensidad del sol cada vez disminuye más al avanzar la tarde.

Un hombre sentado en la acera de la jefatura policial da los últimos retoques al dibujo de tres miembros de la Policía sandinista.

En su camiseta reza una frase: “El arte tiene el poder para sobrepasar todos los prejuicios y eliminar la injusticia social”.

Vida de artistas

“Yo empecé dibujando en mi cuaderno y me llamó la atención ver las pinturas en las paredes. Me encontré ahí”, expresa Oliver Otero, de 26 años, quien pertenece a diferentes grupos de pintores.

“Yo vivo del arte, estuve en la escuela de Artes Plásticas y aparte de eso tengo mis exposiciones”, afirma Otero.

Róger Roque no puede evitar hacer bocetos en su libreta mientras habla.

Fue cuando estaba en la secundaria que empezó a ver los grafitis en las calles, cuando viajaba en rutas y en el colegio donde él estudiaba en una ocasión llegó un grafitero a pintar un mural a su colegio, eso fue como un detonante que hizo que empezara a interesarse en la pintura.

“Siempre he tenido ese interés por pintar y por rayar y quise acompañarlo con mi formación en diversas escuelas de arte”, asegura Roque.

En Managua es como si se hubiese tratado de una orden: que no se deje pared, muro o cualquier elemento público libre de una “pinta”, pues en la mayoría de las calles de la ciudad hay un dibujo, una firma, garabatos o cualquier forma improvisada con aerosol.

Ellos aplican lo que decía Mateu Spanos, periodista y fotógrafo español: “Si quieres saber cómo quiere ser un país, mira su TV, pero si quieres saber cómo es un país, mira sus paredes”.

Según Marcos Agudelo, el muralismo y el grafiti “son un arte que se valen de la ciudad para existir, no hay galerías, solo las calles”.

Róger, como muchos artistas y pintores, vive de su trabajo. El diseño, los murales, las pinturas, los grafitis… ese es su mundo.

Al principio el patio de la casa fue su laboratorio, ahí practicó sus primeros trazos, luego empezó a juntarse con amigos y familiares que también se dedicaban a eso y formaron colectivos, como es muy común entre las personas que practican este tipo de arte.

Hay una experiencia común entre los artistas de los muros: llega un momento en el que la adrenalina que los embarga en las primeras veces que pintan, la emoción se traduce en esfuerzo para realizar otro tipo de “producciones”; más elaboradas, con mayor detalle y significado.

Cada vez se perfecciona el método de trabajo para que el producto final se reconozca como una “buena pieza”.

Cuando esto sucede, admiten, es menos probable que alguien más manche una obra, pues, según Roque, esto es como que “te mutilen”, porque en cada trabajo entregan el esfuerzo máximo.

Aunque la mayoría de grafiteros y muralistas son artistas anónimos, la satisfacción llega cuando alguien ve su firma y reconoce el trabajo. Y aunque no se conocen todos entre sí, tienen un lenguaje con el que se comunican: la pintura en un muro, que es como decir “sí, pinto y aquí estoy”.

Muralismo

El muralismo es un movimiento artístico que surge tras la revolución mexicana de 1910. Su objetivo es reflejar en las obras la realidad del pueblo, la historia y las luchas sociales. A partir de 1930 el movimiento se internacionalizó y se extendió a otros países de América. De carácter ideologista.

Grafiti

El grafiti no es un arte actual. Las pruebas de su existencia se remontan a la época de los antiguos romanos, o más bien, desde que la escritura se convirtió en una base primordial de la comunicación. Su auge fue a finales de los años sesenta en Nueva York, cuando se convirtió en el único medio de expresión de los grupos de jóvenes marginados.

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COMENTARIOS

  1. Hace 9 años

    Cada vez que hacen estos reportajes la cagan preguntando a esos “especialistas en arte”, como ese -Róger Pérez de la Rocha- que asegura: “Si vos le pedís permiso ~ eso ya no es grafiti, es un mural. El grafiti es una acción violenta. ~ porque si no, no es grafiti”, por favor… Como se le ocurre comparar la frustración con la que el pintaba a la forma noble y elegante con la que se pinta hoy en día… Ridículo.

  2. JUSTICIA
    Hace 9 años

    no deben confundir el grafity con el vandalismo,en jinotepe andan un grupo de delincuentes manchando las paredes de las casas,lo cual constituye delito a la propiedad privada que saben estos delincuentes de arte si a la sombra de lña oscuridad como todo cobarde delincuentes de pacotillas, dañan las casa s que con ahorro y sacrificio sus dueños logran pintar,que pinten e invadan los cuartos su cocina su sala lso baños pero de sus casas a ver si sus padres les van a permitir o son delincuentyes

  3. tole2
    Hace 9 años

    Encajonar el grafiti a un concepto de vandalismo es un tanto limitante y alejado de lo que en realidad es. El grafiti no deja de ser grafiti por hacerce con permiso o hacerlo en un lienzo o un muro. Pues el grafity es la tendencia de arte q puede ser en diferentes técnicas y formatos así como motivo de realización. Desde una pinta de caracter territorial o social o stencil de Banksy hasta una escultura de Peeta. Grafity es mucho mas q solo vandalismo. Es el renacer del arte en muchos sentidos.

  4. frank
    Hace 9 años

    para mi esos tipos no son ni serán artista , se autollaman asi pero no son nada.

  5. EL jincho
    Hace 9 años

    Para mí es una contradicción que por una parte se diga que el grafiti no requiere permiso y por el contrario para ser grafiti no se debe pedirlo y por otra se asegure que es ignorancia o limitación asociar el grafiti con el vandalismo.

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