El 4 de mayo, el pastor evangélico Vidal Sánchez Ibarra, de 55 años, ingresó al Hospital Juan Antonio Brenes Palacios, en Somoto, Madriz, para someterse a una operación de hernia, pero nunca se imaginó que después sufriría un infarto “por exceso de anestesia”, dijo ayer su esposa Lourdes Dávila Díaz, quien desde hace cuarenta días está a su cuido en su casa en la comunidad de Moropoto, del municipio de San Lucas.
“Mi esposo llegó a ese hospital para operarse de hernia y al rato me dicen que sufrió un infarto de diez minutos, porque le aplicaron anestesia y no resistió. Lo que yo estoy convencida fue que le administraron una sobredosis”, apuntó doña Lourdes, quien dijo que el 5 de mayo trasladaron a su marido al Hospital Alemán Nicaragüense de Managua, donde los médicos de ese centro le dijeron que Vidal quedaría en estado vegetativo.
“Los médicos de ese hospital me dicen que Vidal había sufrido un daño neurológico, un bloqueo total del cerebro y que tenía sangre en los pulmones, neumonía, afectaciones de los riñones y el hígado. No entiendo cómo mi marido va a operarse de hernia y sale del hospital de Somoto grave de salud”, se preguntó.
Lourdes reconoció la esmerada atención que los médicos del Hospital Alemán Nicaragüense, en Managua, le brindaron a su esposo.
LA PRENSA intentó conocer en varias ocasiones la versión de la doctora Luisa Patrini Gutiérrez, directora del hospital de Somoto, pero en ese centro asistencial los vigilantes (CPF) manifestaron que tienen prohibido dejar pasar a los periodistas que no son afines al actual Gobierno.
MUERTES PRENATALES
En este mes de agosto se registraron dos muertes prenatales en las salas de parto del hospital que cuenta con ocho ginecólogos, mientras que en el resto de los ocho municipios del departamento se carece de estos especialistas, aseveraron médicos consultados.
Una de las muertes ocurrió el 12 de agosto, cuando desde el Centro de Salud del municipio de Palacagüina, en Madriz, fue transferida a eso de las 4:00 de la madrugada, desde la comunidad La Plazuela, la joven embarazada Marta Azucena Melgara Matey, y fue atendida una hora después por personal médico del hospital de Somoto. El hijo que daría a luz murió dentro de su vientre presuntamente por asfixia o sufrimiento fetal.
El otro caso ocurrió el 13 de agosto, cuando una paciente embarazada ingresó al hospital procedente de una comunidad del municipio de San Juan de Río Coco.
En ninguno de estos casos se ha pronunciado la directora del Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais) de Madriz, la doctora Bertha Noemí Olivas.
MÉDICOS PASAN CHATEANDO
A mediados de abril de este año, la joven médico general Massiel Blandón Gutiérrez, de 24 años, ingresó al hospital somoteño para someterse a una cirugía de reducción del estómago (con la instalación de una banda gástrica), pero el 23 de abril Blandón Gutiérrez falleció en el hospital de la ciudad de Estelí debido a que cayó en anorexia. Sus últimos días estuvo mantenida con alimentación parenteral (vía sonda nasogástrica), comentaron médicos de ese centro asistencial.
“La mala atención es porque muchos médicos del hospital de Somoto se dedican a estar chateando o realizando llamadas con sus celulares cuando están trabajando”, dijo Pedro José Maldonado Rivera, de 64 años, lisiado de guerra y quien se queja de la mala atención del hospital.
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