Se crean lazos de amistad, estrechan relaciones y unen a la familia.
Un contacto maravilloso es conversar con las amistades y la familia amada.
Hablar, reír, llorar y sorprendernos es vital para el ser humano. Es una necesidad imperante, por algo el aislamiento es una de las formas de tortura más crueles que existen.
Hay varios estilos de crianza donde no existe la conversación.
La comunicación permite dialogar, tener un acercamiento, confianza, educar y sostener sanas relaciones.
Conversaba con padres de familia, y uno de ellos expresó, que no platican con sus hijas porque son mujeres, y según su criterio los hombres son con los hombres.
Me resulta impactante lo que sucede en muchos “hogares” donde lo más elemental, que es la comunicación, es escasa o es nula.
Conversar es expresarse, narrar las vivencias, dejar ir al aire los sueños y deseos.
Los niños, niñas, adolescentes, adultos mayores, todos necesitan ser escuchados, sentirse parte de la familia y de amigos, esto les asegura que es una premisa de la autorrealización.
Recuerde que una vida en familia sin el contacto físico y afectivo, muere emocionalmente hablando, es la esencia de la vida.
Con la conversación es la única manera de conocerse, acariciarse con palabras dulces, cuentos, narraciones, o lo cotidiano de los mil detalles que se dan.
Practique amarse con los demás con una saludable conversación.
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