Producir con mayores rendimientos e inocuidad es una tarea que los productores nicaragüenses tienen frente a la vulnerabilidad provocada por los cambios del clima. Para Azucena Castillo, gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), es una urgencia que debe atenderse, pero con responsabilidad compartida.
Y ante la alta dependencia de las lluvias para el riego de las plantaciones, Castillo sostiene que producir bajo sistemas controlados es una opción que en el campo se debe de prestar más atención para dinamizar sus rendimientos, y por ende, las ventas.
“Nuestras tierras son muy ricas y los frutos que da, ya sea en granos básicos, frutas y hortalizas, gozan de una amplia aceptación, pero si tomamos en consideración que la agricultura tradicional experimenta grandes retos, entonces busquemos las experiencias de aquellos que se han aventurado a producir con sistemas bajo techo o de protección de cultivos”, refirió la gerente de APEN.
Se refiere a sistemas como los micro y macrotúneles e invernaderos, donde el productor puede obtener mejores resultados en los rendimientos, proteger los cultivos ante las plagas e incidir en las condiciones de clima de los mismos.
EXPERIENCIA CON RESULTADOS
Por esa razón, la gerente de APEN en conjunto con otros especialistas de esa asociación visitaron la empresa Las Limas en Estelí —subsidiaria de Ball Horticultural Company, empresa de origen estadounidense que produce esquejes y semillas de plantas ornamentales—, para conocer en el terreno la tecnología que han aplicado y qué se podría recomendar a menor escala entre los productores.
Alex Meneses, gerente general de Las Limas, explica que para la instalación de los invernaderos que son de 150,000 metros cuadrados cada uno se requiere de una serie de condiciones que van desde la planicie de la tierra, el clima y la luz.
“Todas esas consideraciones las tomamos para no afectar el metabolismo al cultivo. Cuidamos mucho las temperaturas y empleamos mecanismos de sombra y acceso de luz, de acuerdo a la necesidad para producir y lo que los clientes piden”, detalló Meneses.
La producción en esa empresa, tanto de los esquejes como de las semillas, es bajo sistema hidropónico, un método utilizado para cultivar plantas usando soluciones minerales en vez de suelo agrícola.
Según Meneses, en cada invernadero tienen espacio para sesenta mil macetas y producir unas 244,000 plantas, dato que capta la atención de Castillo, quien cree que experiencias como esta se deben estudiar con más detalle para que los productores agrícolas valoren su potencial de implementación o buscar cuánto necesitan para optar a algún crédito.
LA GRAN LIMITANTE
Efrén Rizo, presidente de la Cooperativa de hortalizas y vegetales Tomatoya, en Jinotega, asegura que la gran limitante de los productores “es y será el acceso a los préstamos porque las condiciones son poco favorables y muchas veces por lo frágil de nuestras plantaciones no disponen nada”.
Datos publicados por la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras indican que hasta junio pasado el sector agrícola absorbía apenas el 7.9 por ciento del total de la cartera de créditos de los bancos y financieras. De una cartera de 3,917.3 millones de dólares, el agro ha percibido 311.15 millones.
Rizo y otros productores lo que han hecho es asociarse y beneficiarse de la asistencia de organismos que buscan el desarrollo integral productivo del país y de esa forma han recibido asistencia para la instalación de microtúneles que les ha permitido ser más competitivos en el mercado nacional.
La gerente general de APEN, Azucena Castillo, dice que si bien la disponibilidad de fondos limita a los productores, “siempre habrá opciones para desarrollarse y emprender soluciones que estén a su alcance”.
REPLICAR EL BUEN EJEMPLO
Sigrid Morales, gerente de servicios al exportador en la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), explica que la actividad exportadora se verá beneficiada cuando en el país se empleen nuevas técnicas de cultivo que permitan mejores resultados.
“Con la experiencia que se ha levantado en la empresa Las Limas (Estelí) podemos darnos cuenta que sí es posible que a gran escala se empleen mecanismos de cultivo que protejan las plantaciones”, refirió Morales.
Reconoce que la implementación puede tener un alto costo, pero el ejemplo está expuesto y es importante que se entienda la dinámica de las empresas que ya dieron un salto y se analicen los resultados frente a la inversión requerida.
URGE ASISTENCIA
Uno de los planteamientos de la gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua, Azucena Castillo, es que el sector debe contar con mayor capacitación y que abarque medidas de adaptación para frenar los efectos del cambio del clima. Datos del IV Censo Nacional Agropecuario 2011 muestran que en el período 2010-2011 de un total de 262,546 explotaciones agropecuarias que había en el país, solo 46,063 recibieron asistencia técnica y/o capacitaciones.
En cifras
76.1 millones de dólares en inversión extranjera atrajo en 2014 el sector agrícola, según datos de la Agencia de Promoción de las Inversiones, ProNicaragua.
187 millones de dólares en exportaciones de agroindustria de zona franca se reportó en 2014, lo que representó un 48 por ciento de crecimiento frente al año anterior según ProNicaragua.
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