Mientras que centenares de estructuras cayeron y enterraron a miles de personas en el terremoto de 1972 de Managua, el edificio Baltodano soportó las sacudidas de esa trágica madrugada; pero ahora está pronto a ceder ante los letales “pellizcos” que le propinan equipos pesados intentando destruirlo.
Con supervisión de empleados del Distrito Uno de la comuna, tres palas mecánicas y un martillo picador hidráulico debilitan desde la noche del pasado miércoles los fuertes pilares de concreto que sostenían las cuatro plantas que estaban en construcción cuando el devastador sismo sorprendió a lo capitalinos. La idea es que una vez que boten el esqueleto, se aproveche el sitio para construir una plaza que llevará el nombre 22 de Agosto.
Pese a que ningún funcionario de la municipalidad se ha referido a esta obra, el lunes 17 de agosto la vocera del Gobierno central, Rosario Murillo, informó en su alocución de mediodía que construirían en el sitio.
“La plaza será en concreto estampado… Instalaremos bancas; iluminaremos y construiremos andenes para conectar el circuito peatonal entre el Paseo Sandino, la Avenida De Bolívar a Chávez, la Plaza de la Revolución, hasta el Paseo Xolotlán”, detalló Murillo.
Paralelamente se remozarán las fachadas del Palacio de la Cultura y el Centro Cultural Managua. Los tres trabajos deben estar concluidos para diciembre del presente año.
TERREMOTO PARÓ
LA CONSTRUCCIÓN
El historiador Roberto Sánchez explicó que el nombre del edificio Baltodano era por el apellido de sus dueños y que estaba levantándose cuando ocurrió el terremoto.
Luego del terremoto de 1972 el Gobierno de turno aprobó el “decreto de confiscación”, que establecía que pasaban a nombre del Estado todas las zonas afectadas, llamadas popularmente escombros de la vieja Managua.
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