Tristan Hansack es hijo de tigre. Su papá, Devern, llegó a las Grandes Ligas con los Medias Rojas de Boston y aunque estuvo brevemente ahí, se le recuerda por haber tirado un juego sin hit ni carrera de cinco innings ante los Orioles de Baltimore, el último día de la temporada regular del 2006.
No obstante, Tristan es muy diferente a Devern, quien en su época de jugador bien encajaba en un perfil de rebelde sin causa. En cambio, Tristan es carismático y sociable; sin embargo en la parte deportiva su hijo ha heredado talento natural.
¿A qué edad comenzaste a jugar beisbol?
Creo que como a los 8 años de edad. Desde entonces no he parado, día tras día busco mejorar.
¿Te ha enseñado mucho tu papá sobre el beisbol?
No. Nada. Me he criado con mi mamá, Ethel Taylor.
¿Admirás algo de tu papá?
Como jugador, el hecho que tiró un “mini” no hitter en Grandes Ligas.
¿Tenés contacto con él?
Más o menos. Poco.
¿Creés que podés seguir su camino como profesional?
Eso intento. Estoy entrenando duro para conseguir una firma, pero yo quiero escribir mi propia historia.
Sos bateador y lanzador, ¿qué preferís hacer?
Me gusta más batear, pero en la Academia MVP Rivera me están entrenando como lanzador.
¿Qué cualidades te han dicho que tenés para llegar lejos en el beisbol?
Soy rápido, tengo un brazo fuerte, hago contacto con la pelota y soy más o menos fuerte.
Aunque tenés la meta de firma como profesional, para vos ¿qué tan importantes son los estudios?
Son muy importantes. Yo diría que demasiado. Intento no descuidarlos. Actualmente curso el tercer año de secundaria.
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