14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Socialismo y comunismo

En primer lugar la palabra “socialismo” ha tenido siempre históricamente un apellido (socialismo utópico, socialismo cristiano, socialismo científico (comunismo), socialismo demócrata, etc.) No se puede hablar de “socialismo” a secas, porque simplemente no sabríamos a qué nos estamos refiriendo.

Hay gente que no encuentra diferencia entre estas dos palabras y otras que ignoran el claro significado de las mismas.

En primer lugar la palabra “socialismo” ha tenido siempre históricamente un apellido (socialismo utópico, socialismo cristiano, socialismo científico (comunismo), socialismo demócrata, etc.) No se puede hablar de “socialismo” a secas, porque simplemente no sabríamos a qué nos estamos refiriendo.

Socialismo utópico. Los primeros brotes de socialismo se presentaron a través de los pensadores franceses en el siglo XVIII: Saint Simon, Fourier, Cabet y en Inglaterra, Roberto Owen. Se habló del socialismo como de una utopía (lugar que no existe) y la obra del mártir católico inglés Tomás Moro (1478-1535), Utopía , en tiempos del rey Enrique VIII, tiene alguna relación con el pensar de estos precursores.

Socialismo científico. Carlos Marx (1818-1883), padre del comunismo, preconizaba cambios sustanciales en la política, lo económico y lo social; pretendía un mejor nivel de vida de los asalariados.

Marx y Federico Engels asentaron como “socialismo científico” al comunismo, ya que este se basaba en la filosofía y en las leyes naturales para alcanzar, aquello que contribuiría definitivamente al bienestar, satisfacción y holgura de los trabajadores del mundo.

Marx, un verdadero genio, olvidó ingenuamente la moralidad del ser humano, considerando (según autor) a los proletarios como “angelitos”, que solo les faltaban las alas para volar, sin percatarse que eran… ¡los mismos hombres o aún peores! que los “burgueses” y siguió adelante con sus admirables teorías, hasta culminar con la desaparición del Estado, la abundancia de recursos y un paraíso en la Tierra.

La historia universal, sin embargo, ha demostrado palmariamente los peligros de las radicales ideas de Marx en la Rusia soviética, Cuba, China comunista, Vietnam y Corea del Norte, etc.

Los regímenes aplastantes de estos países, su inmanente crueldad, fría deshumanización y verticalidad de su sistema autoritario, las confinadas y esclavizantes condiciones que han vivido los ciudadanos bajo tales gobiernos, nunca se conciliarán con el bienestar, la felicidad, ni mucho menos con la más preciada y natural condición del hombre: su libertad.

Socialismo demócrata. Se inició a finales del siglo XIX en Alemania, con Fernando Lassalle (1825-1864). El grupo que presidió Lassalle más tarde se transformó en el Partido Socialista de Alemania, llegando a ocupar el poder durante la República de Weimar (1919-1933), Hitler impondría después el Nacional Socialismo en ese desdichado país de entonces.

Las reformas económicas que impulsan los socialdemócratas son la nacionalización de la tierra, de las industrias y una óptima distribución de los recursos naturales. Tales regímenes aplican solamente las ideas económicas de Marx. En la actualidad estos países —con monarquías constitucionales— han alcanzado grandes progresos materiales, cívicos y sociales y van a la vanguardia del mundo entero.

En Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, etc., en los llamados “países nórdicos”, disfrutan de una bienandante y plácida democracia. Algunos, como Dinamarca, país honrado y progresista, merece la consideración y el respeto de las naciones.

En Nicaragua, estamos a unos mil años luz de esa gran nación escandinava. Nuestras constantes guerras fratricidas y oprobiosas dictaduras nos han conducido a un marasmo intermitente y devastador, sin lograr jamás ninguna meta deseable para un país digno de mejor suerte. Ya lo dijo Napoleón Bonaparte: “Los pueblos se salvan de todos sus reveses, excepto de aquel en que consienten su oprobio”.

Socialismo cristiano. Aquí se toman en cuenta los principios y valores del cristianismo. Han habido líderes sociales cristianos, pero no implantaron políticamente tal ideología en sus países.

Socialismo del Siglo XXI. Echa mano de la tríada de la Revolución Francesa: “Libertad, igualdad, fraternidad” y asimismo agrega sutilmente… “el amor”. Ideología más sentimiento puro. Muy difícil de conciliar tales antinomias.

Socialismo de Nicaragua. Nuestro país nunca ha sido socialista ni comunista, solamente aprovechador, transgresor y deformador de tales ideologías a través de autóctonos “pensadores”, asidos propiciamente por largo tiempo en el poder.

Pluguiera a Dios que algún día podamos ponerle a nuestro socialismo actual, un sensato, honrado y feliz apellido que sea “normal”, bueno y aceptable para todos. El autor es ingeniero civil.

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. Charlie
    Hace 9 años

    para este señor torturados y torturadores son lo mismo.

  2. jacobo
    Hace 9 años

    socialismo y comunismo son lo mismo. El socialismo se impone por votos, el comunismo por la fuerza y a balazos. Tanto el socialismo y el comunismo crean una sociedad dominada y esclavizada por una tiranía parásita que vive del trabajo de los demás sin trabajar y ni producir nada.

  3. fultp
    Hace 9 años

    Muy acertado análisis. Los orteguistas son dictadores que utilizan el cognomento de socialista para justificarse y adornar el “altar”. Asi mismo utilizan el mote “sandinistas” para explotar el sentimiento nacionalista que priva en los admiradores de Sandino.

  4. Hace 9 años

    Yo no veo ninguna diferencia si tambien tomamos en cuenta la crueldad del imperio U SA capitalista lunaticos dedicados a esclaviswr, torturas, guerras, invaciones en contra de paises pobres, explitqcion de los trabajadores, los banqueros reciben prebendas por los grandes desastres que hacen, el armamentismo y la posesion de armad de destruccion masiva. Entonces las difetencias son pocas.

  5. Armengol Martinez
    Hace 9 años

    No importa el nombre o filosofía de cualquier sistema político. Lámalo Marxismo, Democracia, Dictadura…como quieran. Mientras no se elimine la corrupción, no funciona ningún tipo de Gobierno. En el índice mundial de países menos corruptos, siempre están los países Bajos, Finlandia, Suecia Dinamarca… y entran unos cuantos de otras partes, Singapur, Nueva Zelandia, Australia, Canadá. Singapur, con 740 kilómetros cuadrados es una potencia financiera, un país que importa hasta el agua que se toma…

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí