Bruselas planteará acoger a 120,000 refugiados más, mientras Alemania y Francia apostaron por un sistema “obligatorio y permanente” en respuesta a la tragedia de miles de personas en el corazón de Europa.
Más de 350,000 inmigrantes y refugiados han llegado en lo que va del año a Europa, la mayoría a Italia, cruzando el Mediterráneo, y a Grecia, desde donde siguen camino a Hungría, para continuar su viaje hacia los países más ricos de la UE.
La Comisión Europea propondrá que los Estados miembros se repartan a 120,000 asilados de los que se encuentran en Hungría, Grecia e Italia, el triple de los que planteó en mayo.
El plan se sumará al reparto de 40,000 migrantes anunciados en mayo, que solo afecta a los refugiados acogidos en Italia y Grecia. La propuesta parece contar con el respaldo de la canciller alemana Angela Merkel y del presidente francés François Hollande.
París y Berlín están de acuerdo sobre la imposición de “cuotas obligatorias” para la acogida de refugiados en los países de la Unión Europea, indicó Merkel en la ciudad suiza de Berna.
Estados se han negado
Los 28 Estados miembros de la UE se negaron hasta el momento adoptar el sistema de redistribución de demandantes de asilo que propone Bruselas y solo ofrecieron 32,256 plazas, en lugar de las 40,000 que reclamaba la Comisión.
Las normas sobre derecho de asilo en la UE estipulan que las demandas de los refugiados deben ser examinadas en el primer país en el que se registran.
El reparto de los 120,000 refugiados en la UE seguiría los mismos criterios que la propuesta formulada en mayo, que tomaba en cuenta el número de habitantes de los países de acogida y el impacto económico.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, oficializará esa propuesta durante su discurso sobre el estado de la Unión el 9 de septiembre, tras haber recibido el visto bueno de los comisarios.
Contentar a Hungría
La iniciativa pretende contentar, entre otros, a Hungría, uno de los países más afectados por la crisis migratoria y que ha reaccionado con las medidas más controvertidas, como la construcción de una larga valla o la adopción de penas de cárcel contra la inmigración ilegal.
El primer ministro húngaro, el conservador Víktor Orbán, aseguró que el problema de la crisis migratoria “no es europeo, sino alemán”, porque “nadie quiere permanecer en Hungría” ni en los países pobres vecinos.
Alemania es uno de los puntos de destino preferidos de los huidos. El Gobierno prevé que este año recibirá hasta 800,000 refugiados, número que admite será difícil de gestionar.
Cuotas obligatorias
La canciller Merkel ha defendido “cuotas obligatorias en el seno de la Unión Europea para compartir los deberes, es el principio de solidaridad”.
Pero muchas naciones en Europa son reticentes como Polonia, que por ahora ha acordado acoger a 2,200 refugiados, una cifra inferior a la propuesta por Bruselas.
La primera ministra polaca Ewa Kopacz aseguró que no aceptará la imposición de cuotas, pues considera que la Unión Europea debe ayudar a las personas que verdaderamente huyen de la guerra y no a los inmigrantes económicos.
No quieren musulmanes
El primer ministro de Hungría sostuvo ayer que Hungría tiene derecho a decidir que no quiere un gran número de musulmanes en su territorio e insistió en que “la única respuesta” a la crisis migratoria en Europa es reforzar las fronteras.
“Todos los países tienen derecho a tener un gran número de musulmanes si quieren. Si quieren vivir con ellos, pueden, pero nosotros no queremos y creo que tenemos derecho a decidir”, señaló Orbán.
El líder conservador nacionalista explicó que Hungría tiene 150 años de experiencia en convivencia con comunidades musulmanas y recalcó: “No nos gustan las consecuencias que vemos en otros países”.
“Creemos que las cuotas aumentan el problema —continuó—, no podemos crear esperanzas a personas que arriesgan sus vidas por algo que aquí sabemos que no es real. Si no hay razón para darles asilo, no podemos recibirlos”, aseguró el primer ministro en una rueda de prensa.
El mensaje de Orbán fue claro: “Por favor no vengan (a Europa), si no tienen razones políticas, no corran el riesgo. Las cuotas son una ilusión”.
Tensión en tren
Un tren que salió ayer de la estación Keleti en Budapest con más de trescientos refugiados hacia la frontera con Austria fue detenido en la ciudad Bicske, al oeste de la capital, donde los migrantes iban a ser trasladados a un centro de acogida, informó la agencia de noticias MTI.
La Policía intentó bajar a los migrantes para trasladarlos en autobuses, aunque algunos comenzaron a protestar por no querer ir a un campamento.
Después de varios intentos fallidos, la Policía desistió y los refugiados se subieron de nuevo al tren, que sigue parado en la estación de Bicske, según MTI.