Samir Antonio Matamoros, el joven presentado por la Policía Nacional como el supuesto autor de los disparos contra una manifestación de civiles que protestaban contra el Consejo Supremo Electoral, había fungido como un voluntario promotor de paz de jóvenes en riesgo, de mano del Centro de Prevención de la Violencia (Ceprev).
Mónica Zalaquett, directora del Ceprev, con mucha pena confirmó que el joven de rostro duro y cabeza cubierta con un gorro color negro, es el mismo que hasta hace un año estuvo trabajando con la organización, en su misión humanitaria de rescatar a jóvenes en riesgo.
Zalaquett confirmó que Samir había llegado al centro dentro del programa de rehabilitación que antes se coordinaba más fluidamente con la Policía Nacional y que de inmediato mostró liderazgo y voluntad de cambio.
“Sí, Samir había tenido problemas de conducta y violencia, estuvo en las pandillas, pero cuando vino se integró y podemos decir que ya estaba rehabilitado. Incluso empezó a ir a una Iglesia, se estaba preparando para pastor evangélico”, dice.
Explica que el joven se volvió monitor de paz en su zona, recorría otros barrios con los promotores de paz de la organización, dando charlas y apoyando en la labor de acercar a los jóvenes en pandilla al centro y sacarlos del ambiente de peligro en que vivían.
“Mientras estuvo trabajando con nosotros, los cambios fueron grandes y notables, pero luego vino hace un año a despedirse del centro, delante de todos los promotores dijo que se iba a dedicar a labores político-partidarias en su zona, no dijo con quién ni a qué se iba a dedicar en su nueva misión, pero nunca habló de volver a la violencia”, dijo Zalaquett.
“Nosotros hemos quedado sorprendidos porque realmente Samir ya estaba alejado de ese mundo de violencia, pero no sabemos qué paso desde hace un año que salió de la institución, no podemos asegurar qué motivos o razones tuvo para recaer en la violencia, quizás su familia o sus vecinos pueden explicar qué pasó después”, dijo ella.
En la página del Ceprev en Facebook, aparecen varias fotos de Samir en actividades deportivas y sociales del centro. Una de ellas, del 14 de junio del 2014, aparece sonriendo y entregando un balón de futbol a un joven. Viste camiseta blanca con el logo del centro y aparece sonriendo, micrófono en mano.
LA PRENSA visitó el barrio Milagro de Dios donde, según la cédula que la Policía presentó, vive Matamoros.
En su casa nadie salió a responder. Desde adentro apagaron un radio y apenas alguien se asomó rápidamente detrás de una ventana.
En su cuadra los vecinos evitaron hablar con LA PRENSA, solo dos mujeres en condición de anonimato, reconocieron a Samir en las fotografías y videos aparecidos en los medios de comunicación y lo mencionaron como uno más de los hermanos “Guata”, a quienes calificaron como “bandidos”.
Sin embargo, un miembro de la iglesia evangélica Jehová Proveerá, ubicada en el mismo barrio y apenas a media cuadra de la casa de Matamoros, confirmó a LA PRENSA que el muchacho estuvo asistiendo a las actividades de la iglesia y estaba integrado e interesado en convertirse en predicador de la palabra de Dios.
“Pero después se desapareció y anduvo con los CPC del Distrito VII, él y otros muchachos del barrio y de Vistas de Xolotlán (barrio vecino) fueron reclutados por la Juventud Sandinista y empezaron a participar en las actividades del Frente. Los venían a traer en motos y camionetas sin placas”, dijo el excompañero de culto de Samir, a quien lo recuerda como un muchacho jovial y enérgico “con muchos deseos de superación y ambiciones”.
Su presencia en la marcha del día miércoles 2 de septiembre, hace sospechar a los organizadores de la marcha que Samir era miembro de los grupos de choque que el partido de gobierno moviliza en motocicletas, con aval de la Policía, para intimidar a los protestantes.