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Moisés Hassan

La masacre de Las Jagüitas

Pese al tratamiento turbio y grotesco que las autoridades involucradas otorgaron al horrendo crimen de Las Jagüitas, hay algunas cosas imposibles de ocultar. Y hay otras que pueden ser inferidas con un razonable grado de confianza por cualquiera que se tome el trabajo de reflexionar y conozca antecedentes que son del dominio público.

Para empezar, es claro que quienes perpetraron la masacre no estaban por casualidad en ese sitio, a la vera de un camino desconocido, a una hora avanzada, y guardándose de ocultar su pertenencia a algún cuerpo armado estatal. Es obvio que estaban ahí en cumplimiento de una misión secreta.

Es también evidente que la disposición en L de las fuerzas en el terreno correspondía a la de una clásica emboscada de aniquilación; además, resulta sumamente difícil creer que la camioneta que frenó la fuga de las víctimas —de la que curiosamente nada se ha dicho, a quién pertenece o qué estaba haciendo en ese lugar— nada tenía que ver con esas fuerzas. Más difícil aún es digerir que un cuerpo de hombres armados, presuntamente bien entrenados, entrara en pánico ante un vehículo aislado, del cual no salía una sola bala; un vehículo que obvia, únicamente, intentaba librarse de algo que tenía todas las apariencias de un asalto. Y que estos hombres, perdido por el miedo el uso de la razón, creyeran estar defendiendo sus vidas cuando acribillaban a balazos a los infortunados ocupantes del vehículo en cuestión.

Es, pues, casi imposible escapar a la conclusión de que la emboscada —pues no otra cosa podía ser aquello— obedecía al premeditado propósito de exterminar a algún grupo de personas que, según informaciones que poseerían sus organizadores, eventualmente transitaría ese camino. Única explicación, se nos dijo que se trataba de capturar narcotraficantes.

Lo cual tendría mucho sentido, pues todos sabemos que la captura de narcos es un buen negocio, tanto por las posibilidades de apetitosas extorsiones que abre, como porque manda a Washington un apaciguador mensaje, el mismo que el monito gimnasta del cuento enviara al rey de la selva. Carece de sentido, a cambio, planificar y ejecutar su matanza, pues no es inteligente matar gallinas de huevos de oro, hoy en día cualquiera lo comprende.

Si se aceptan como razonables los argumentos hasta aquí expuestos, las ineludibles inferencias son: primero, que la infeliz familia cayó en una emboscada cuyo objetivo era aniquilar a ciertos bien seleccionados individuos; y luego, que esos individuos difícilmente podrían ser narcotraficantes, tantos y tan variados beneficios como ellos pueden aportar si se les respeta la vida; para completar el análisis tan solo queda pendiente la formulación de alguna hipótesis racional acerca de las presuntas ocupaciones de los sujetos que debían caer en la emboscada.

En una sociedad donde aquellos ciudadanos que, arrastrados por la desesperación y la cólera, apelan al recurso de las armas para defender la justicia, sus derechos, posesiones, dignidad y la soberanía de la patria, se ven prontamente estigmatizados por la dictadura de turno con el oprobioso mote de delincuentes a los que en consecuencia es preciso eliminar, no queda más que una interpretación realista, sensata, de los sucesos de Las Jagüitas: la desdichada familia cayó en una emboscada de exterminio que había sido tendida para acabar con gente a la que se presumía involucrada en algún alzamiento armado, para seguidamente tratar de hacerla pasar, bien por narcotraficantes caídos en combate con las autoridades, bien por víctimas de pasadas de cuenta entre mafias.

La ominosa presunción final: existen cuerpos organizados para ejecutar ese tipo de tareas. Mis nunca tardías condolencias a la familia Reyes Ramírez… y a Nicaragua.
El autor es presidente del partido de acción ciudadana.

Opinión masacre de Las Jagüitas archivo

COMENTARIOS

  1. antonio soberano
    Hace 9 años

    cualquier cosa para no hundirse y desaparecer en la cloaca del olvido.tipico politico resentido y fracasado,usando el dolor y la tragedia de una familia para aparecer en los medios imformativos.

  2. Hace 9 años

    Moisés muy acertado tu analisis.

  3. Hace 9 años

    Respetemos a los dolientes.

  4. torturasicologica
    Hace 9 años

    Era el chapo Guzman pendejos. Hasta el mismo Hassam no incorpora esa posibilidad en su análisis lo que lo convierte en un político incapaz sacando sus propias conclusiones sobre posibilidades

  5. Julio Larios
    Hace 9 años

    Excelente Doctor, Excelente. Pronto tendrán que pagar todos los crímenes!!

  6. Prohibido olvidar
    Hace 9 años

    Hassan sabe muy bien de lo que habla, pues el fue parte en los 70s y 80s de ese grupo mafioso que hoy nos gobierna y que tiene su polecia, su guardia para operaciones especiales, sus torturadores, etc. Tiene razòn al decir que la camioneta en la cual se estrellò el carro de la familia pertenecia a los asesinos y que no se dijo nada de a quiènes esperaban emboscados.

  7. ben lacsom
    Hace 9 años

    Tiene razon el sr.Alvarado, mejor hablemos de la refineria del supremo sueno de bolivar,(refineria), Tumarin, Bosawas, el puerto el el Atlantico y muchas demogogias del sr. Ortega, El canal va sea como sea pero para enterrar a todos los sapos sandinistas. queres mas masa lora.

  8. Perico de los Palotes
    Hace 9 años

    Qué misteriosa y maravillosa es la justicia en el paraíso terrenal del Orteguismo.Un sistema conservador con un lenguaje socialista totalitario con corte estalinista con su respectivo escuadrones de la muerte al margen de la ley,con su lista roja & negra liderada por el Ejercito bajo esquemas de operaciones de inteligencias. Por ordenes de “Arriba”

  9. jincho
    Hace 9 años

    Carlitos Pero debe ser muy jugoso tu sueldo de sapito que hasta el aire que le pasa a Danny lo commentas.
    No te preocupes pues Danny tiene muy buenos sicarios que lo cuidan y tu lo sabes bien no??????

  10. El Observador
    Hace 9 años

    El señor Hassan tiene toda la razón, pues la forma como actuó ese grupo de policías, demuestra que la órden era no dejar a nadie con vida de los supuestos “narcotraficantes” la pregunta del millón es la siguiente: ¿Por qué a esta fecha no han mencionado un solo nombre de los supuestos narcos? Se supone que para montar una operación de ese tipo, deben de contar con información fidedigna. Asi es que por donde se le busque, no hay justificación a esa masacre

  11. Hace 9 años

    Por favOr no siga atizando al fuego, esto no le va a dar votos ni hara menos popular al gobierno o a la Policia nacional. Tratar de extraer beneficios de una tragedia es repulsivo. Hablemos de algo positivo como el programa de Internet comunicacion o alumbrado publico de la nacion o el Gran Canal, por favor no sea morbido

    1. Carlos Jarquín
      Hace 9 años

      Carlos Alvarado felicidades por tu comedido comentario, pero te falto añadir que en su ánimo de parecer erudito, armó una confusión que no se entiende. Obviamente, al final se esmera en hacer aparecer una gran conspiración contra opositores, pero no logra definir sus puntos.

  12. DVS
    Hace 9 años

    Muy bien expuesto Sr. Hassan. El articulista perteneció en los 80 a este grupo que ahora vuelve a mal gobernar el país, por eso conoce como operan y escribe estas líneas para dejarnos con la impotencia de conocer la verdad. Con lo tardío que se presentaron las identidades de los implicados, se puede presumir también que hicieron negociaciones con ellos para salvarle la cara a la policía y presentarlos como los perpetradores que “accidentalmente” mataron a unos niños y a su tía.

  13. Ramona
    Hace 9 años

    Mas vale tarde que nunca, sus condolencias y rechazo al crimen atroz cometido por la Policia Nacional condecorada, de la Aminta.

  14. Hace 9 años

    Es lamentable lo que esta sucediendo en Nicaragua. Lo peor es que no aprendimos nada de la historia reciente y seguimos utilisando los mismos metodos para mantenerse en el constante saqueo del pais en vez de trabajar para sacar a Nicaragua y su pueblo de la pobreza! Muy muy lamentable!

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