En lo que creemos
Confucio planteó: “Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro”.
Todos estos resultados presentados no nacieron de la casualidad.
Cosep cumplió 43 años de existencia en este año 2015. Ya somos una organización madura y con muchas vivencias. Tanto nuestras propias vivencias como las vivencias históricas de nuestra organización nos han formado y nos han fortalecido. Lo que hoy estamos haciendo ha sido con base en lo aprendido y sobre todo en lo que creemos.
Creemos en que haciendo crecer la economía hacemos crecer la democracia.
Creemos en que empobreciendo un país no lo hacemos más democrático.
Creemos en que no debemos seguir siendo rehenes de las confrontaciones e intereses políticos.
Creemos en que no suplantamos ni dejamos que nos suplanten.
Creemos en que fortaleciendo al empresariado hacemos grande a Nicaragua.
Creemos en nuestro compromiso con la democracia y con la economía.
Nicaragua es un país empobrecido no por falta de recursos o por ser un país inseguro o por una mala posición geográfica o por no tener una fuerza laboral joven o por no tener bellezas naturales. Tenemos todo eso y más.
Nicaragua es un país empobrecido porque nuestra historia está caracterizada por la falta de diálogo, de tolerancia, de confianza, de intereses particulares, por apostar a la confrontación, incluyendo la militar.
Hace 25 años se acabó la guerra pero no las confrontaciones ni la polarización. Eso sigue siendo parte de nuestro ser nicaragüense.
Lo distinto es que este sector privado gremial decidió que no podíamos seguir al margen y que otros que no invierten, que no arriesgan, que no generan empleo decidieran por nosotros. Los empresarios no vivimos de donaciones, sino de generar resultados.
Lo distinto es que decidimos que no podíamos seguir dejando que el crecimiento, que las inversiones, que la generación de empleos, que el desarrollo económico y social fueran el precio que pagar por la polarización.
Lo distinto es que en Cosep estamos conscientes de que el país tiene problemas y grandes desafíos institucionales y estamos comprometidos en buscar soluciones, pero no a costa de volver a retroceder y de más empobrecimiento, que es lo que algunas voces quisieran que sucediera y por lo que pretenden descalificarnos.
Hay que luchar por la democracia, pero no a costa de la economía. Tampoco se trata de hacer crecer la economía a costa de la democracia. Por eso nuestro compromiso es con la democracia y con la economía.
Tenemos que aprender del pasado. El país somos todos. La nación es una. Tenemos que apostar por una cultura de paz y diálogo, de estabilidad y tolerancia, de seguridad e inclusión para tener un mejor futuro.
LA NICARAGUA QUE NECESITAMOS
Sir Robert Baden-Powell manifestó: “Trata de dejar el mundo en mejores condiciones que las que tenía cuando llegaste a él”.
En Cosep continuaremos trabajando y construyendo la Nicaragua que deseamos y necesitamos.
Los empresarios nicaragüenses, lo subrayo en voz muy alta, queremos el éxito del país y el progreso de nuestra gente, pues querer lo contrario sería apostar a nuestro propio fracaso.
Ser optimistas, ya lo dijimos, se asocia con utilidad, no con fracaso.
Debemos todos coincidir en que nadie por sí solo es capaz de construir una Nicaragua más próspera y democrática.
El Gobierno, los partidos políticos, los trabajadores y los empresarios en concierto de voluntades y acción somos los llamados a hacerlo.
Sabemos que no ha sido y no será tarea fácil. Y también entendemos que seguir haciendo lo que hacemos nos traerá viejas y nuevas descalificaciones.
Para nosotros discrepar, desconfiar o cuestionar no es el problema. El problema es alterar, mentir, manipular con fines propios. El problema es usar tribunas privilegiadas en forma irresponsable, donde los afectados podemos ser todos los nicaragüenses.
La tarea es inmensa pero ya la iniciamos. La Nicaragua de hoy es muy distinta a la Nicaragua de hace diez años.
Continuaremos siendo optimistas, comprometidos y generando beneficios para todos los nicaragüenses.
Y tal como planteaba Ortega y Gasset, podemos decir que los empresarios somos nosotros y nuestras circunstancias y si no las salvamos a ellas no nos salvamos nosotros ni se salva nuestro país.
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