A pocos días del inicio oficial del ciclo cafetero 2015-2016, el próximo 1 de octubre, un panorama poco alentador opaca las expectativas del sector que por décadas ha sido el principal generador de ingresos para el país, a través de las exportaciones del llamado grano de oro.
Desde hace varios meses en el mercado internacional el precio del café mantiene una tendencia de reducción. Ayer el de entrega a diciembre cerró en 115.45 dólares por quintal.
Esta tendencia se ampara en las expectativas de una buena producción en Brasil y reportes de que las reservas de café verde sin tostar en Estados Unidos —que es el mayor consumidor del producto— alcanzaron su nivel más alto de los últimos doce años, según datos de Green Coffee Association Inc. de Nueva York.
Mientras tanto, en el campo la amenaza de los efectos del cambio climático sobre la producción del grano se agudiza en cada ciclo.
“Este año en las zonas intermedias y bajas el graniteo (maduración de los primeros granos) empezó en septiembre y fue bastante fuerte, porque las floraciones fueron escalonadas por la distribución errática de las lluvias”, dice Aura Lila Sevilla Kuan, presidenta de la Alianza Nacional de Cafetaleros de Nicaragua (ANCN).
TODAVÍA NO ABREN ACOPIOS
Esta maduración prematura obliga a los productores a vender el grano en el mercado local, que paga mil córdobas por quintal de café en pergamino, ya que los centros de acopio de las empresas exportadoras aún no están instalados.
“Para ellos (los exportadores) no es rentable abrir un acopio en este momento, tienen que alquilar un local y contratar personal. Porque si bien es cierto que estamos cortando café, todavía es muy poco como para asumir estos costos”, explica Sevilla Kuan, también presidenta de la Asociación de Cafetaleros de Matagalpa.
Pero mientras en las zonas intermedias y bajas las variaciones climáticas provocaron una maduración temprana, en las tierras altas el déficit y distribución desigual de las precipitaciones amenaza el proceso de desarrollo del grano, especialmente en las áreas donde la cosecha anterior terminó tarde y en otras dónde hace varios meses no llueve.
“En las zonas altas todavía no se ha desarrollado el grano y si no llueve en las próximas semanas vamos a tener problemas porque no habrá un buen desarrollo. Porque un grano que crece en medio de la escasez de agua, si logra crecer queda seco y esto afecta el volumen y la calidad de la producción”, advierte Sevilla.
ZONAS BAJAS SERÁN LAS MÁS AFECTADAS
Por su parte, José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan) admite que en las zonas altas la situación no es tan grave, como en las bajas.
“Porque aunque no está lloviendo tanto como antes, en las zonas altas hay cierta humedad. En cambio, las zonas bajas como Carazo, parte de Matagalpa y Estelí van a tener problemas. Ahí van a tener problemas porque esas zonas ya no van a ser aptas para producir café”, explica Buitrago.
Y añade que ya se ha dicho varias veces que “esas zonas hay que dedicarlas a otros cultivos y comenzar a buscar tierras más altas para cultivar el café”, advierte el presidente de Excan.
No obstante, productores y exportadores dicen que aún es prematuro hacer proyecciones con respecto a los daños que provocará la variación climática en este ciclo.
Ambos confían en que estos daños no sean tan graves y que por efecto de la bienalidad la producción del ciclo 2015-2016 que inicia el próximo 1 de octubre de este año y concluye el 30 de septiembre del 2016, mantenga la tendencia de los anteriores, cuyas exportaciones han superado los dos millones de quintales y los ingresos por la actividad rondado los cuatrocientos millones de dólares.
ESPERAN QUE EL PRECIO REACCIONE
Los exportadores esperan que en las próximas semanas el precio del grano reaccione y permita colocar la cosecha a precios más altos que el actual.
“Esperamos que el precio repunte y permita colocar la producción del próximo ciclo con precios promedios similares al obtenido en la cosecha que está terminando, que en general logró un precio promedio de venta cercano a los 180 dólares por quintal. Precio que es un reflejo de las enseñanzas que se han dado a los productores de fijar cuando está más alto”, detalla Buitrago.
Aunque es impredecible decir qué va a pasar con los precios en los próximos meses, el presidente de los exportadores confía en que no sigan bajando, sino que repunten. Porque “la situación del abastecimiento en el mundo estaría difícil si (por problemas climáticos) se viene abajo la producción. Si se produce un desabastecimiento es posible que los precios reaccionen”, sostiene Buitrago.
Además, considera que todavía hay tiempo para esperar una recuperación del precio antes de comenzar a colocar la cosecha.
Entre noviembre y diciembre es según Excan, cuando se coloca el mayor volumen de la cosecha y los contratos para entrega a futuro se firman con base en los precios de referencia para entrega en marzo, mayo y julio del año siguiente.
A LA VARIEDAD ROBUSTA LE VA MEJOR
Los 32 socios de la Cooperativa Agropecuaria de Servicios de Café Robusta, Nueva Guinea R.L. proyectan producir más de diez mil quintales del grano en las 176 manzanas que ya tienen en producción plena.
Dicho volumen es similar al del año pasado, ya que esta variedad es más resistente a la sequía. Además, la zona donde se cultiva registra un periodo lluvioso más regular, lo que disipa las amenazas de la variabilidad climáticas.
Y aunque el precio internacional de esta variedad está por debajo de los cien dólares por quintal, su alto rendimiento promedio —sesenta quintales por manzana— lo vuelven atractivo, dice Tomás Alberto Obando, secretario de la cooperativa.
A estos diez mil quintales hay que sumarle unos treinta mil quintales adicionales que produce Mercon Centroamérica, en las áreas que cultiva y que según su director general Luis Chamorro, planea incrementar en setecientas manzanas.
A partir de este año Nicaragua dejó de importar café robusta, que es usado por la industria para elaborar café soluble y el excedente podría comenzar a exportarse a partir del ciclo que está por iniciar.
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