El sacerdote y excanciller nicaragüense Miguel d’Escoto intentó reformar la ONU como presidente de la Asamblea General de este organismo entre 2008 y 2009, pero no lo logró por “un fracaso del sistema”, dijo este miércoles 30 de septiembre el cineasta italo-nicaragüense Roberto Salinas.
El autor de la cinta titulada “El problemático: entre bambalinas en las Naciones Unidas”, presentada este 30 de septiembre en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma, explicó a Efe que Miguel d’Escoto “no logró conseguir nada de lo que se propuso” en el año que asumió la Presidencia de ese órgano.
Sin embargo, el director consideró que fueron esos mismos fracasos los que “revelaron los mecanismos del sistema”.
El documental “es la historia de muchos fracasos, pero no humanos ni morales, sino del sistema, que se opone cuando llega un visionario con un discurso muy moderno e impopular, pero justo y compartido por mucha gente. (d’Escoto ) gana a nivel moral, pero pierde a nivel práctico”, sostuvo Salinas.
Nacido en 1933 en Los Ángeles (Estados Unidos), d’Escoto fue ordenado sacerdote misionero católico, promovió la Teología de la Liberación y colaboró con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Tras el triunfo de la revolución sandinista, ejerció como canciller de Nicaragua y por su entrada en el Gobierno la Santa Sede le suspendió “a divinis” durante treinta años hasta que en 2014 el papa Francisco le levantó la suspensión y pudo volver a oficiar misa.
El intento del diplomático por cambiar desde dentro la ONU, que, en su opinión, debía ser “reinventada” para hacerla más democrática, chocó con las presiones de los grandes poderes y no llegó a fructificar, según se desprende de la película.
El nicaragüense había planteado una ambiciosa agenda de reformas encaminadas a restarle peso al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (cuyos cinco miembros permanentes -Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia- tienen capacidad de veto) y ampliar la influencia de los países en desarrollo en las instituciones financieras internacionales.
A pesar de las dificultades, Salinas destacó la forma de entender la diplomacia del protagonista, alejada de los formalismos, y “su capacidad de relacionarse con otra gente y encontrar puntos de contacto, incluso con sus enemigos”.
Proyectado en varios festivales de cine, el documental representa una inmersión en los pasillos y despachos del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.
También capta encuentros y sesiones en los que se debatieron delicadas cuestiones de ese periodo, como la operación militar israelí “Plomo Fundido” sobre la franja palestina de Gaza, los inicios de la crisis financiera mundial o el derrocamiento del presidente hondureño Manuel Zelaya.
“En muchas ocasiones hubo diplomáticos y embajadores que no estaban contentos con la presencia de la cámara porque se estaban hablando temas sensibles”, afirmó Salinas, que agradeció las gestiones del padre Miguel para poder grabar en todo ese tiempo.