Muchos padres de familia cometemos el error de dar a nuestros hijos dinero para comprar en la calle chiverías que no le alimentan sino que dañan su organismo. Ya los niños no consumen frutas, prefieren la comida chatarra, en vez de ensaladas comen cualquier fritura que encuentran en la calle sin conocer la procedencia de las mismas.
El pinolillo, nuestra bebida típica, no es del agrado de esta nueva generación, prefieren la gaseosa y demás bebidas energéticas adoptando modelo de otros países, las comidas tradicionales están pasando a la historia les agrada más consumir enlatados y hamburguesas que un buen plato de gallo pinto.
Hasta la década de los noventa se desconocían gran cantidad de enfermedades gastrointestinales tan comunes en
la actualidad por el tipo de alimentos que los nicaragüenses consumían, estamos llenos de publicidad que incita el apetito por alimentos que no benefician al organismo provocando daños severos hasta
convertirse en cáncer.
Tanto en el hogar como en la escuela, debemos promover una cultura de alimentarnos sanamente consumiendo alimentos saludables, promover los huertos escolares, preparar con los niños ensaladas de vegetales y frutas, lograr que se elimine de los bares y kioscos escolares las comidas chatarras, gaseosas sustituyéndolas por frutas y refrescos.
Es mejor tener un niño saludable y delgado que un niño obeso con problemas estomacales y de sobrepeso, como padres de familia asumamos el rol que nos corresponde para lograr hábitos alimenticios saludables en nuestros hijos e hijas.