Hasta ahora ninguna autoridad explica cómo salió del país en septiembre pasado el estadounidense David Amaury Welch, detenido y a las órdenes de un juez en Rivas.
El vocero de la Corte Suprema de Justicia, Roberto Larios, manifestó que no hay ninguna investigación de parte del Poder Judicial alrededor del caso. “No éramos los que lo estábamos custodiando”, sostuvo Larios al explicar el caso de Welch.
Igual nadie aclara en qué hospital está internado por supuesta enfermedad el también estadounidense Givner Basiel Edsel, quien purga condena por el crimen contra el jinotegano Harley Silva Soza (34), a quien decapitó y desmembró en julio de 2012.
En marzo Givner Basiel Edsel, llevaba más de cuatro meses en el Hospital Victoria Motta, de Jinotega, pero la semana pasada explicaron que fue trasladado a Matagalpa, pero ahí ninguna autoridad pudo indicar su paradero.
Con David Amaury Welch, suman tres los estadounidenses que salen de forma intempestiva del país. El primero fue Eric Volz, a quien en diciembre de 2007 los magistrados del Tribunal de Apelaciones de Granada, revocaron la sentencia condenatoria a treinta años de prisión por los delitos de violación y asesinato contra Doris Ivania Jiménez. Y la confirmaron para Julio Martín Chamorro.
Cinco años después, en septiembre de 2012, Jason Zachary Puracal abandonó el país por orden de Migración y Extranjería, luego que el Tribunal de Apelaciones de Granada declaró nulo el juicio celebrado en 2011, donde este fue condenado a 22 años de prisión por crimen organizado, lavado de dinero y tráfico internacional de droga.
LO QUE DIJO EL MAGISTRADO SOLÍS EN SU MOMENTO
En LA PRENSA del 1 de octubre de 2015, el magistrado Rafael Solís, firmante de la confirmación de la sentencia del Tribunal de Apelaciones de Granada, dijo: “Hay que hacer un juicio de nuevo, obviamente (Jason) Puracal lo dudo mucho que regrese a Nicaragua a enfrentar un juicio, pero los otros que son nicaragüenses van a tener que enfrentarlo”.
Esto coloca en una situación diferenciada a los extranjeros con los nacionales. Uno de los beneficiados con la sentencia que permitió salir a Puracal, ya acudió al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) por considerar que las palabras de Solís lo ponen en riesgo, pues Puracal ya está libre “y a él lo mantienen en el limbo”, confió el director jurídico de ese organismo, Gonzalo Carrión quien señaló que esto demuestra “desigualdad de trato”.
El defensor de derechos humanos apuntó: “Imaginémonos que el nicaragüense que está condenado a la pena de muerte (Bernardo Tercero) en Texas, además de que suspendieron la ejecución apareciera aquí en Nicaragua, sin procedimiento, sería un escándalo”.
ERIC VOLZ REITERA INOCENCIA
Carrión trajo a colación que la salida del país de Volz ocurrió cuando habían recursos pendientes. Ocho años después de su salida intempestiva, Eric Volz, habló con LA PRENSA vía telefónica. Él reitera que es inocente.
Volz alega que no puede comentar acerca de los otros casos de extranjeros registrados en el país de los cuales no conoce detalles y no estuvo involucrado directamente.
“Yo no sé bajo qué condiciones caen presos esos gringos, para mí es igual importante analizar bajo qué circunstancias, con qué tipo de evidencias y qué tipo de procesos ellos cayeron presos en primer lugar”, dijo Volz.
E insiste que en su caso salió de la cárcel porque se demostró su inocencia. “Y aún así, nunca pedí a las autoridades de Nicaragua que me expulsaran, las mismas autoridades de Migración (fueron las) que me expulsaron. Ellos son los que tienen que responder por qué expulsan a los extranjeros que el sistema judicial libera”, manifestó Volz.
Sobre una posible intervención de la embajada de su país para que lo liberaran como se rumoró en su momento, la respuesta de Volz fue: “Yo creo que ahí la clave, el Departamento de Estado hizo lo correcto, expresó preocupación acerca de la forma en que las autoridades de Nicaragua estaban llevando el caso mío, igual como la embajada de Nicaragua en Estados Unidos expresa preocupación acerca del tratamiento de los nicas que están presos en Estados Unidos, eso es normal”.
“Además en el caso mío era obvio que yo era inocente y mi gobierno estaba claro de los hechos, tenía un buen manejo de la evidencia y ellos sabían que existía prueba de inocencia… presión no, pero sí se expresaron preocupados”, reiteró Volz, quien considera que “lo que se llamaba el caso de Eric Volz debió llamarse el caso de Doris Jiménez”.
TRATAMIENTO DESIGUAL, DICE CPDH
El secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, por su parte señaló que siempre han apuntado que en el país no hay Estado de derecho. Y cuando ocurren hechos como los ya conocidos, considera Carmona, es porque basta una llamada de una persona influyente para violentar los procedimientos establecidos en el país.
“Es una señal negativa, pareciera que en Nicaragua hay dos tipos de ciudadanos, a uno que le aplican la ley con rigor y a otro que con tráfico de influencias sale”, apuntó Carmona. Tras apuntar que hace poco murió un reo en el Sistema Penitenciario Nacional que tenía orden de libertad pero nunca se la otorgaron. Igual, dijo, hay otros casos que tienen órdenes de libertad “y no pasa nada”.