La carne procesada (embutidos) es cancerígena para los humanos, mientras que la carne roja “probablemente” también lo es, según un estudio difundido ayer por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), oficina dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que colocó estos productos cárnicos en la misma categoría que fumar y el asbesto.
Los productores de carne se pusieron furiosos, los vegetarianos se sienten reivindicados y los expertos en cáncer han acogido el estudio más integral hecho sobre la relación entre el cáncer y la ingesta de carne.
Un grupo de 22 científicos de la IARC evaluó más de ochocientos estudios de varios continentes sobre la relación del consumo de carne con el cáncer. En esas investigaciones fueron examinadas más de una decena de tipos de cáncer en poblaciones con diversas dietas en los últimos veinte años.
Sobre la base de ese análisis la agencia clasificó las carnes procesadas como “carcinógenas para los seres humanos” y destacó la relación que su consumo tenía en particular con el cáncer de colon. Según la IARC, la carne roja en general —incluyendo vacuna, porcina y ovina— contiene algunos nutrientes importantes; sin embargo la señaló como “posiblemente carcinógena” y la relacionó con cáncer de colon, próstata y páncreas.
CONSUMO
La agencia se abstuvo de emitir recomendaciones alimentarias específicas y afirmó que carecía de suficiente información para definir la cantidad que hay que consumir de carne procesada para que comerla sea muy peligroso. No obstante señaló que el riesgo aumenta con la cantidad ingerida.
Expertos de Francia y Gran Bretaña consultados por la agencia AFP estimaron que todo está en las cantidades. Se puede seguir consumiendo carnes rojas siempre y cuando la cantidad no supere los quinientos gramos por semana y procurar eliminar las procesadas como alimento cotidiano.
El Instituto Norteamericano de la Carne (NAMI, por sus siglas en inglés) fustigó en cambio las conclusiones de la OMS por considerar que constituyen un “desafío al sentido común”. Los autores del informe, acusa la NAMI, “trituraron los datos para llegar a un resultado específico”.
Aunque las tasas de cáncer de colon en EE. UU. han declinado, es el segundo tipo de cáncer que más afecta a las mujeres en el mundo y el tercero entre los hombres, según la OMS.