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¿Salvar o no tu matrimonio?

Llegar a ese punto de la relación en que uno se pregunta si es más conveniente separarse, debe ser analizado con una alta dosis de sensatez

Claro está que cuando uno decide casarse, lo hace con la idea de envejecer al lado de esa persona y cumplir con el ritual que dicta que se debe estar juntos en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza… pero no siempre es posible y hay momentos en que es necesario sentarse y evaluar si la relación se está convirtiendo en algo dañino y si es el momento de separarse.

Pero, ¿cómo saber la respuesta con certeza? ¿Cómo evitar arrepentirnos en el futuro? El divorcio es una experiencia dolorosa, independientemente de las razones que conllevan al mismo, siempre se pierde algo y siempre alguna de las partes va a vivir un momento de duelo.

LAS RAZONES

La psicóloga Ledia Gutiérrez considera que las parejas deben darse siempre una oportunidad y hablar muy bien las cosas antes de dar ese paso definitivo, aunque explica que hay causas que deben ser un rotundo no y que cuando estas se presentan hay que alejarse sin más preámbulos.

“Cuando hay maltrato que arriesgue la vida debe ser un motivo suficiente para el divorcio o cuando uno de ellos tiene una relación extramatrimonial y el otro no quiere continuar más”, estas son razones para firmar el acta de divorcio, según la experta.

El especialista en temas de pareja y autor de varios best seller sobre el tema Walter Riso, profundiza sobre el divorcio en su libro Manual para no morir de amor. “¿Estar mal casado, sufrir una relación donde cada día te sientes menos, donde el autorrespeto se acaba lentamente o estar “bien separado”? No estoy diciendo que haya que separarse irresponsablemente, pero el amor tiene límites: cuando ya no te quieren o violan tus derechos, ¿para qué seguir? ¿Quién dijo que estar casado es una virtud?”, expresa.

Para él, la vieja premisa de que las parejas deben permanecer juntas por amor a los hijos, es solo una excusa y a la larga, lo que creemos beneficioso para ellos, solamente los afecta más. “Hay separaciones dolorosas y otras que debemos festejar. Un divorcio inteligente, bien manejado y sin odios ni rencores (mucha gente lo logra) es más saludable, incluso para los hijos, que un vínculo donde se ha perdido lo básico, no hay afecto o debemos soportar el amante o la amante de la pareja”. Escribe el psicólogo en su libro.

Para él, muchas parejas no dan el paso a pesar de ya no tener de hecho un matrimonio, solo por el miedo al qué dirán, pues hay mucho estigma sobre el tema, y siempre se considera el divorcio como un fracaso.

“Mantener el matrimonio más allá de los derechos humanos es dependencia o masoquismo, soltarse sin hacer daño es salud y compasión. Los que están bien casados que lo disfruten y me alegro por ellos, pero no se pongan por encima de los que se separaron, sufrieron, cayeron y volvieron a levantarse. La arrogancia moral es la peor de todas”, advierte Riso.

Y DESPUÉS…

La doctora Ledia Gutiérrez manifiesta que si la pareja decide divorciarse y hay hijos de por medio “el vínculo de ser padres será hasta que la muerte los separe y se debe establecer formas de relacionarse, y respetar los derechos tanto de los hijos como de los padres de tener siempre la relación”.

También recomienda llevar una terapia psicológica para ayudar a todos los involucrados a superar el dolor y el cambio y por último advierte, que si la pareja decide perdonarse y darse otra oportunidad, se debe perdonar de verdad y “si bien, los daños como infidelidades no se olvidan, sí se deben aprender a ver de otra manera a fin de permitir que la relación pueda continuar y evitar que los daños nublen la relación”.

Nosotras amor matrimonios archivo

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