Tras un recuento realizado por Mónica López Baltodano sobre una serie de obstáculos con que se encontraron los campesinos que marcharon desde alejadas zonas del país para rechazar el proyecto de construcción del Gran Canal Interoceánico, muchos consideran que el principal éxito fue el arribo de estos a Managua.
“Son sicarios del régimen”, indicó por su parte Azahalea Solís, del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), al referirse a los agentes del orden público.
La también dirigente del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), se preguntó que cómo es posible que la Policía se haya prestado a quitarles las llaves a los transportistas para impedir que los vehículos salieran u obligar a caminar a la población como sucedió con los pobladores de El Ayote, que debieron caminar a La Libertad y luego continuaron porque no permitieron salida de los vehículos.
Esto le lleva a concluir a Solís que “la Policía francamente es un cuerpo de seguridad de un rico”. Pero a pesar de todo, indicó Solís “lo extraordinario, maravilloso es que estamos marchando. La marcha no se detuvo, la disposición de decirle no a esta estafa canalera está aquí”.
En esto coinciden la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez.
“Independiente(mente) de lo que pase, cuantas personas logren llegar a la Asamblea Nacional ya la marcha fue un éxito”, indicó Núñez, quien consideró que con la represión el Gobierno aumentó el ánimo de la población.
Para Jiménez, la marcha “fue un éxito total (…), el campesinado nos está dando una lección de dignidad, una lección de patriotismo”, al estar dispuesto a llegar a Managua para demandar sus derechos, a demandar la derogación de “la oprobiosa ley con la que Daniel Ortega ha vendido a la patria en esta concesión canalera”.
Desde tempranas horas López Baltodano había descrito cómo la Policía había retenido por varios puntos del país a los campesinos y hasta responsabilizó a los agentes de haber lanzado los llamados “miguelitos” en las carreteras para que les poncharan las llantas a los camiones en que se movilizaban los campesinos, exponiendo de esa manera la vida de los marchistas.
“El Gobierno hace lo imposible para impedir que vengan”, había afirmado a tempranas horas López Baltodano, quien recordó que se trata de un movimiento pacífico, pese a todo el Gobierno había sometido a los policías a “24 horas de acoso” y, en esto hubo mucha intervención policial, que en algunos sitios detuvo, retuvo camiones y en otros hasta amenazó a los propietarios de camiones para que no realizaran los traslados a Managua.
“Es terrible lo que hemos visto, un esfuerzo deliberado de la Policía por impedir la llegada de la gente (…), acordonándose en la vía”, dijo López Baltodano.
Por su parte, la excomandante guerrillera sandinista, Dora María Téllez, criticó que la Policía se ha comportado como un agente del orteguismo. “Ha retenido vehículos, capturado personas, tirado miguelitos en la carretera, organizado retenes, dirigido a motorizados (…), la Policía se ha comportado como una Policía de la familia Ortega igual que la Guardia Nacional, igual que la Guardia de la familia Somoza. La Policía se ha comportado como un CPF”.
A su vez, Téllez cuestionó que el despliegue de recursos efectuado por la Policía para impedir que los campesinos llegaran a Managua no es el mismo que realizan en los barrios, donde no hay recursos materiales ni de efectivos policiales.
“La Policía está en un proceso de descomposición y corrupción gravísimo”, manifestó Téllez, quien señaló que desde la Academia Policial hasta el resto de la institución “todo lo que se le plantea a la Policía son misiones para la familia Ortega; como que son sus dueños”.
La excomadante guerrillera, Mónica Baltodano, calificó de “vergonzoso” que durante toda la noche del lunes “la propia Policía (estuvo) colocando miguelitos. Esa es delincuencia”.
Baltodano criticó que la Policía haya tratado de impedir a toda costa que la gente pudiera expresarse, pese a que lo hace de forma cívica y pacífica. Y advierte que “si no paramos el orteguismo, tendremos una dictadura peor a la de Somoza”.
Y aunque Baltodano reconoce que para los altos mandos es difícil oponerse a los mandatos del presidente inconstitucional Daniel Ortega, pues si ellos se oponen los corren, no duda que “así como hubo militares de la guardia somocista que tuvieron la dignidad de revelarse al dictador, haya reservas morales y éticas dentro de esos cuerpos armados, la Policía y el Ejército para que también se revelen”.
MÁS CRÍTICAS
El director del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Mauro Ampié, criticó que con esta marcha quedó demostrado la intolerancia del Gobierno al derecho de manifestación.
El Gobierno ha convertido a la Policía en un órgano para garantizar un proyecto tan desafortunado como es el Canal Interoceánico, criticó Ampié.
Para la exguerrillera Dora María Téllez, con los últimos acontecimientos ocurridos en el país “se ha demostrado que Ortega le tiene terror al campesinado, a los trabajadores de la Mina El Limón, a pobladores de Rancho Grande… Le tiene terror a los jóvenes de las universidades, escuelas, le tiene terror a los pobladores y a las mujeres”.
Cuando Somoza despegó el 17 de julio (…), no llevaban a la Guardia que le disparó a la gente… Esos se quedaron aquí, quedaron presos y algunos murieron”.
Dora María Téllez, excomandante guerrillera.La Policía está no al
servicio de la Constitución, de la ley, de los ciudadanos, sino al servicio de la familia gobernante
y de su propósito”.
Mónica Baltodano, excomandante guerrillera.