Las tres víctimas por sumersión en la zona del desvío del rompeolas en el municipio de Corinto fueron sepultadas ayer jueves. María Eulogia Herrera, de 42 años, y su hija Jacksari Betanco Herrera, de 13 años, en el camposanto de la comarca San Juan de Las Pencas y Sara Mendoza, de 16 años, en uno de los cementerios de Villa 15 de Julio.
Dos lanchas rápidas con 15 efectivos del Distrito Naval del Pacífico (DNP) rastrearon el cadáver de la menor a las 8:30 de la mañana de ayer jueves, setecientos metros al oeste del lugar donde una ola las arrastró el pasado miércoles.
Las autoridades del Ministerio de Salud y representantes de Cruz Roja indicaron que por el avanzado estado de descomposición a la menor debían sepultarla de inmediato.
Ayer trascendió que las mujeres decidieron acercarse a la playa debido a que esperaban se cargara la cámara con la que harían la filmación de un videoclip.
Con las tres mujeres se hallaba un menor de 10 años, hijo del pastor Marvin Altamirano García y de la pastora Adelaida Rocha, el que también arrastraban las olas pero fue rescatado.
ZONA DE PELIGRO
La costa corinteña es de alto riesgo en algunos puntos de sus cinco kilómetros. Al momento de la tragedia la marea empezaba a subir y golpeaba fuerte en el promontorio de rocas que conforman el rompeolas.
“Carecemos de señalización en lugares que son vulnerables y de fuertes corrientes. La señalización se da frecuente en el Plan Verano, durante el Plan Playa, que es cuando son vigiladas, pero en el transcurso del año la misma gente se las lleva”, refirió Jairo Darce, oficial de turno en Cruz Roja.
Añadió que “el rompeolas, como su nombre lo indica, es que existe una cordillera de piedras y ahí es que se forman las grandes corrientes, de fuerte oleaje, y pueden arrastrar al bañista. La mayoría que se ahoga es gente que llega fuera del departamento”.
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