El primer envío que hizo el lanzador de los Mets de Nueva York, Noah Syndergaard, en el tercer partido de la Serie Mundial, ya causó controversia y podría iniciar una guerra de lanzadores, aunque el serpentinero dijo que “solo quería incomodar al bateador”.
En el tercer duelo del Clásico de Otoño, que el viernes ganaron los Mets 9-3 a los Reales de Kansas City, y que se adjudicó Syndergaard, el lanzador recibió a su primer oponente el venezolano Alcides Escobar con un envío alto y cerrado a 98 millas por hora (158 kilómetros) que pasó a solo centímetros de la mandíbula del bateador.
En ese momento Syndergaard (2-1) puso su sello desde lo alto de la lomita y durante los seis episodios que lanzó impuso sus condiciones, manteniendo atormentados a los toleteros.
En las tribunas también causó expectación su primer lanzamiento y la controversia aumentó cuando declaró a los medios de comunicación en la conferencia posterior al partido, que había sido un envío premeditado.
A diferencia de otros lanzadores que se han visto en esa situación y que evaden el tema argumentando que se descontrolaron, Syndergaard declaró que ese era el lanzamiento que quiso hacer.
“Lo primero que le dije a mi receptor Travis d’Arnaud fue ¿qué te parece si mi primer lanzamiento lo hago alto y cerrado y en el segundo mando una curva?”, comentó el abridor.
Dijo que la secuencia de sus envíos era para lograr que los bateadores se sintieran incómodos.
“Siento que realmente impuse mis condiciones al iniciar de esa manera el juego porque los bateadores no podían llegar al plato de bateo con una actitud demasiado agresiva porque sabían que yo estaba ahí sobre el montículo para controlarlos”, dijo.
Agregó: “Aclaro que no quise pegarle (a Escobar), solo quise que no se sintiera demasiado cómodo”.
DESAFIANTE
Si Noah Syndergaard inició la controversia con su primer envío ante Alcides Escobar, al concluir el partido no quiso concluirla, sino avivarla, al declarar que “esa es la manera en que yo quise lanzar y si alguien tiene problema si lanzo alto y cerrado, pueden encontrarme justo enfrente de ellos, a solo 18 metros yo estoy en la lomita. Tampoco tengo problema con eso”.