I
Estirando los brazos
despierta la luz
en tus pupilas.
Prendido de tu boca
amanece el día
en tu sonrisa.
Tras la pausa nocturna
que juntos compartimos
en el lecho me espera
tu abrazo al despertar.
II
Oficio
en el largo rito
de la espera…
—ausencia convertida en ansias—
el corazón se va juntando
para el momento preciso
del encuentro.
Amor mío:
¡Vamos a reinventar la alegría!
III
Llevo tu amor impreso
en la yema de mis dedos
indeleble
único
mío
¡Intransferible!…
IV
Amarro mis sueños
para que no te escapes de ellos.
Mientras
una
a
una
¡van cayendo las estrellas!…