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Bjorn Lomborg

Acelerar la lucha contra el hambre

Es impactante que 52 países en desarrollo estén sufriendo niveles “graves” o “alarmantes” de hambre, según el nuevo Índice Global del Hambre, lanzado en el mes de octubre.

El índice cubre 117 naciones en desarrollo. Los niveles de hambre han disminuido en más de un cuarto desde 2000, según el informe, pero 795 millones de personas todavía están crónicamente desnutridas, más de uno de cada cuatro niños están afectados por un retraso del crecimiento relacionado con la malnutrición, y el 9 por ciento de los niños padecen emaciación (peso bajo para la talla).

Entonces, ¿cómo aceleramos la lucha contra el hambre? Los líderes mundiales ya han aprobado los nuevos objetivos de desarrollo que sustituirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos afectarán el flujo de más de US$$2.5 billones durante los próximos 15 años.

Desafortunadamente, después de un largo y atiborrado proceso en las Naciones Unidas, los líderes suscribieron una larga lista de 169 objetivos de desarrollo —demasiados para hacer justicia con los más eficaces— dispersando así los recursos disponibles y los riesgos de atención, incluso al tratar problemas como la desnutrición.

¿Cómo rescatamos las cosas desde aquí? Nos concentramos. En el último año, mi grupo de expertos, el Copenhagen Consensus Center, les pidió a 60 equipos de los principales economistas que examinaran los costos y beneficios de todos los objetivos de desarrollo de las Naciones Unidas. Un panel de expertos economistas, entre ellos varios premios Nobel, evaluó esta investigación y recomendó que la comunidad internacional debería concentrar sus esfuerzos en un conjunto de 19 objetivos “fenomenales”’ en los próximos 15 años.

Entre estos objetivos se encuentran algunos que abordarían inteligentemente el hambre y la desnutrición.

Una nutrición adecuada es particularmente crucial para los más pequeños y los primeros mil días de vida, entre la concepción y los dos años, son especialmente importantes. Los bebés e infantes desnutridos tendrán un retraso en el crecimiento (es decir, baja estatura para su edad) alrededor de su segundo año de vida, y esto es simplemente una indicación física de que sus cerebros han tenido menos oportunidad de desarrollarse. Por otra parte, no hay mucho que se pueda hacer para revertir los efectos de un mal comienzo en la vida. En la niñez, tienen peor desempeño escolar; como adultos, su educación más pobre y la falta de un pleno desarrollo significa que con más frecuencia son relegados a trabajos mal pagados.

Una buena nutrición temprana en la vida puede hacer una gran diferencia. En Guatemala, por ejemplo, se lograron resultados sorprendentes simplemente ofreciendo una dieta más nutritiva durante los cruciales primeros mil días de vida. Los niños se desarrollaron adecuadamente tanto física como mentalmente, les fue mejor en la escuela y como adultos estarían en mejores condiciones. Gastando menos de US$100 en alimentos nutritivos en los primeros años de la vida bajó el riesgo de retraso en el crecimiento; y de hecho los que evitaron el retraso en el crecimiento vieron aumentados sus ingresos a largo plazo en un 66 por ciento. En promedio, gastar un dólar en un alimento nutritivo para bebés podría redituar US$45 en beneficios en la vida de una persona. Transformar la vida de las personas de este modo es un uso excelente de los recursos.

Pero proporcionar una buena dieta no es toda la historia. Muchos niños contraen infecciones que causan diarrea, por lo que no reciben el beneficio completo de su alimento. La vacunación de los niños para evitar enfermedades diarreicas sería otro gran uso de los recursos, aportando cada dólar beneficios por valor de US$60.

Es vital alimentar a los niños pequeños correctamente, pero muchos adultos también sufren de mala nutrición. Hacer alimentos más accesibles produciendo cosechas más grandes puede ser importante para lograrlo. La Revolución Verde de la década de 1970 hizo una diferencia para muchas personas en Asia y América del Sur, pero ahora es necesaria una segunda Revolución Verde para llegar a los cientos de millones de personas que todavía están mal alimentadas.

Gastar más en investigación agrícola —un adicional de US$8,000 millones por año encima de los US$5,000 millones según los métodos habituales de negocios— le daría un 0.4 por ciento de aumento adicional constante en rendimiento de los cultivos al año. Esto puede sonar bastante modesto, pero sería suficiente para mejorar la seguridad alimentaria, reducir los precios y hacer un bien social, por valor de casi US$3 billones. Eso es US$34 por cada dólar invertido.

Los líderes deben centrarse primero en los objetivos de desarrollo que pueden hacer el mayor bien, y esto incluye aquellos que les darían a los bebés una dieta nutritiva y un mejoramiento de la seguridad alimentaria para todos. Esto liberaría a cientos de millones de personas del flagelo del hambre y les permitiría desarrollar todo su potencial. Podrían transformar sus vidas y ayudar a poner en marcha un círculo virtuoso de desarrollo económico y social.

El autor es director del Copenhagen Consensus Center y autor de los best seller “El ecologista escéptico” y “Cool It”.

Opinión Índice Global del Hambre lucha contra el hambre archivo

COMENTARIOS

  1. Hace 8 años

    Cambiar los gobiernos que no representen o defiendan a sus pueblos, en latinoamerica vale mas la politica que estar resolviendo los problemas palpables del pueblo, segun ellos el pueblo votor por ellos para ser servidos y no servir al pueblo, algunos de estos lideres que no es nada nuevo han robado millones y millones de dolares, o sea le han quitado al pueblo sus servicios de salud, vivienda, alimentacion, nutricion, en el caso de Nicaragua siempre estan tratando de echarle la culpa al Imperio,

  2. Hace 8 años

    Excelente articulo y muy objetivo en la forma de como combatir el hambre en el mundo y en especial en nuestra Latinoamerica sufrida, pero me pregunto yo que responsabilidad tienen los gobiernos de estos paises y en especial los paises latinoamericanos con sus gobiernos llamense de izquierda o de derecha, con grandes porcentajes de corrupcion, que no les importan el bienestar de sus propios pueblos
    creo que hay que hacer algo y pronto para combatir este flagelo, cambiar los gobiernos que no…

  3. Hace 8 años

    Una manera de acelerar la lucha contra el hambre, es que los poderosos del mundo se trasladen aunque sea por un día, a vivir con los pobres para que experimenten en carne propia el dolor humano que vive el pobre.Quizá así los poderosos despierten su conciencia y reviertan su actitud de querer tener más riquezas, a la de dar más o compartir mejor con el pobre todas sus riquezas.Creo que solo quien ha vivido la guerra, siente lo que es una guerra.

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