Toda Gran Bretaña guardó un momento de silencio el domingo para recordar la contribución de hombres y mujeres, tanto militares como civiles, que han servido a las fuerzas armadas británicas, en una ceremonia anual encabezada por la reina Isabel II.
La monarca estuvo acompañada de otros integrantes de la realeza, políticos, cientos de excombatientes y simpatizantes que llenaron la avenida Whitehall, en Londres, para la ceremonia solemne, la cual se realiza cada noviembre en el Cenotafio.El centro de Londres quedó en silencio cuando el Big Ben marcó las 11 a.m., mientras todos los presentes, así como millones de personas en el resto del país, guardaron dos minutos de silencio.
El servicio por el Día del Recuerdo ocurre cada año a las 11 horas en el domingo más cercano al aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918. En este día también se rinde honor a los caídos en conflictos subsecuentes, incluso la Segunda Guerra Mundial, Irak y Afganistán.La reina depositó al pie del monumento a los caídos en guerra la primera corona de amapolas rojas, fuerte símbolo de la Primera Guerra Mundial y recordatorio en todos los territorios británicos y muchos otros países.
Siguió el rey Willem-Alexander de Holanda, invitado de la reina al evento para conmemorar 70 años de la liberación holandesa al final de la Segunda Guerra Mundial.El príncipe Felipe, esposo de la reina y los príncipes Guillermo, Enrique y Andrew, quienes han servido en las fuerzas armadas, también presentaron sus respetos.
Después veteranos desfilaron por las calles mientras se escuchaba la música de bandas de guerra.Los organizadores dijeron que este año el servicio duró un poco menos que en otros años para que los ancianos excombatientes no tuvieran que estar de pie tanto tiempo.