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Cantos de vida y esperanza: obra cumbre de Darío

Cuando “ Cantos de vida y esperanza. Los Cisnes y otros poemas comenzó a circular, hacia fines del mes de junio del año 1905, su publicación fue el acontecimiento literario del año en Madrid por la cantidad de elogios que recibió de los mejores críticos de la época.

Cuando “ Cantos de vida y esperanza. Los Cisnes y otros poemas comenzó a circular, hacia fines del mes de junio del año 1905, su publicación fue el acontecimiento literario del año en Madrid por la cantidad de elogios que recibió de los mejores críticos de la época. También se produjeron algunas críticas adversas, provenientes de los sectores más recalcitrantes de la literatura española.

El éxito del libro contrasta con las dificultades que debió enfrentar Darío para su publicación. Por más de un año sus amigos, los poetas Juan Ramón Jiménez y Gregorio Martínez Sierra, por encargo de Darío, buscaron inútilmente un editor sin encontrar ninguno que manifestara interés por el libro. Pero sucedió que, a principios del año 1905, Rubén recibió un cheque por 6,000 francos del Gobierno de Nicaragua, la mayor suma que de su gobierno recibió Darío en toda su vida, por el desempeño del cargo de miembro de la Comisión nicaragüense que en Madrid defendió los derechos de Nicaragua en el litigio de fronteras con Honduras. En ese entonces, Darío era cónsul de Nicaragua en París. Nos cuenta don Edelberto Torres en La dramática vida de Rubén Darío , que con ese dinero Darío decidió publicar sus Cantos de vida y esperanza . El costo de la edición de 500 ejemplares fue de 816.15 pesetas. Rubén costeó la edición de su propio bolsillo.

El joven poeta Juan Ramón Jiménez tuvo a su cuidado la edición, pero fue Rubén quien dijo la última palabra en cuanto a los poemas que se incorporaron y las secciones del libro. El libro está dedicado “A Nicaragua. A la República Argentina”. La sección de Cantos de vida y esperanza está dedicada a José Enrique Rodó. La sección Los Cisnes a Juan Ramón Jiménez y Otros poemas al doctor Adolfo Altamirano”. Esta sección es la más numerosa con 41 poemas. El doctor Altamirano fue quien logró arrancarle al presidente José Santos Zelaya el nombramiento de Darío como cónsul en París, tras siete años de insistencia. Esta es la breve historia editorial de un libro que hoy está considerado como una de las obras maestras de la literatura española y universal.

Hay dos aspectos fundamentales en Cantos de vida y esperanza que cabe destacar. El primero de ellos comprende lo que podríamos llamar los poemas cívicos, donde Rubén se nos presenta como poeta de la raza, poeta de América y de España, verdadero vate que profetiza sobre el destino y el porvenir de las “ínclitas razas ubérrimas”. Tales son los extraordinarios poemas Salutación del Optimista , escrito en sonoros y heroicos hexámetros; Al Rey Oscar , Cyrano en España , la Marcha Triunfal , Los Cisnes y A Roosevelt . Estos cantos representan “el momento cenital de la lírica de Rubén”. Hay en ellos una verdadera profesión de fe en el destino de los pueblos iberoamericanos, que en nuestros días adquiere nueva vigencia y actualidad. Porque, en un contexto diferente, siguen siendo válidas las ideas claves que inspiraron estos magníficos poemas de Darío. Los pueblos iberoamericanos encontrarán en la relectura de estos formidables poemas, un nuevo evangelio de esperanza, una reiteración en la necesidad de afirmarnos en nuestra identidad de pueblos mestizos, en nuestras raíces culturales, en nuestros propios valores, cuya dimensión universal Rubén cantó con maestría sin par.

La otra veta que encontramos en los Cantos es la intimista, la del “hombre que siente”, como lo subrayó el propio Rubén. Es la angustia vital, las confidencias que aparecen en el poema con que se inicia el libro (“Yo soy aquel que ayer no más decía”), verdadera “autobiografía espiritual del poeta”, según Oliver Belmás; y “una alta nota de la poesía en lengua española”, según Ernesto Mejía Sánchez; los Nocturnos , Canción de otoño en primavera , que Andrés González-Blanco considera como “una de esas composiciones definitivas que solo se encuentran en número de dos o tres en la obra de todo gran poeta”. La obra concluye con el célebre poema Lo fatal , que Gabriel García Márquez consideraba como la mejor poesía escrita en español y en cualquier otro idioma.

Si Darío hubiese escrito únicamente este libro portentoso, Cantos de vida y esperanza , sería suficiente para consagrarlo como el más alto poeta en lengua española de todos los tiempos.

El autor es jurista y escritor.

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