No muchos tienen el conocimiento de lo que es la palabra dislexia y el padecimiento que enfrentan muchos niños en la actualidad.
Dislexia es la dificultad del lenguaje, la cual viene acompañada con problemas en la escritura (disgrafía) y/o con la ortografía (disortografía).
Su padecimiento se observa desde los primeros años de estudios del menor y puede ser descubierto con la ayuda del profesor o tutor encargado de brindarles los conocimientos académicos a los niños que tiene a cargo.
Toda persona con dislexia puede llegar al aprendizaje de la lecto-escritura, siempre y cuando se le brinde una metodología adecuada.
Es de suma importancia un diagnóstico precoz que permita intervenir lo antes posible en el proceso de aprendizaje, evitando así que se desarrollen efectos secundarios más difíciles de tratar, como la depresión, el retraimiento y problemas sociales debido a la inhibición progresiva, consecuencias de un tratamiento inadecuado por el desconocimiento y desinformación existente en nuestra sociedad de este tema.
Se observa este padecimiento cuando el menor presenta ciertas características, tales como: es muy inteligente y articulado pero no puede leer, escribe bien y tiene buena ortografía para su edad, baja autoestima, esconde sus debilidades con estrategias compensatorias ingeniosas, se confunde con las letras, números, palabras, secuencias, o da explicaciones verbales.
Al leer o escribir presenta repeticiones, omisiones y revierte letras, números y palabras. Se frustra fácilmente y no le gusta el colegio, la lectura o los exámenes, parece que sueña despierto muy seguido, se pierde fácilmente o pierde el sentido del tiempo, se le dificulta poner atención, parece hiperactivo o soñador.
El diagnóstico del profesional será el que ayude a saber qué tipo de herramientas y estrategias se podrán realizar, tanto en el hogar como escuela para que facilite los avances significativos en el aprendizaje del menor.