Un franco deterioro provocado por el uso inapropiado pero también grandes extensiones con potencial para el desarrollo correcto de la actividad agropecuaria y otro porcentaje de superficie subutilizada es el panorama actual de los 130,373.40 kilómetros cuadrados de suelos nicaragüenses, revelado por la actualización del Mapa Nacional de Suelos y Uso Potencial de la Tierra en Nicaragua 2015.
“Comenzar a utilizar los suelos de acuerdo con su vocación será fundamental para frenar lo que se ha mal denominado como avance de la frontera agrícola, alcanzar el tan ansiado incremento de la productividad y mitigar los efectos cada vez más evidentes del cambio climático”, dice Efraín Acuña Espinales, docente de la Universidad Nacional Agraria (UNA).
De acuerdo con dicho estudio, presentado la semana pasada en la UNA, de los 130,373.40 kilómetros cuadrados de extensión que tiene el país, actualmente solo 45,332.54 kilómetros —que representan el 34.77 por ciento de la extensión total del país— están siendo utilizados correctamente. En cambio, 51,071.76 kilómetros —el 39.17 por ciento de la superficie total— están siendo sobreutilizados.
Además, 21,297.55 kilómetros —que equivalen al 16.34 por ciento del territorio nacional— están siendo subutilizados, por lo que su potencial aún puede aprovecharse. Otros 10,408.07 kilómetros —equivalentes al 7.98 por ciento de la superficie— están cubiertos de agua y en 2,263.48 kilómetros, que equivalen al 1.74 por ciento de la superficie la clasificación no aplica.
“Los resultados son más que evidentes, mostramos el deterioro que tenemos de los suelos, cuáles son los suelos buenos y sobre cuáles está recayendo más la agricultura, que desafortunadamente es sobre ese 44 por ciento de los suelos ultisoles que tienen muy baja productividad, posiblemente eso está incidiendo en la baja productividad”, explica Acuña Espinales.
PARA HACER CAMBIOS
Con la actualización del mapa las autoridades pretenden impulsar el desarrollo, protección y conservación de los recursos naturales del país. Y esperan que sirva de base a propuestas para el uso racional de los recursos naturales y el fortalecimiento de las estrategias de desarrollo económico y humano.
“Este es un gran salto porque no contábamos con mapas con información actual. Los que teníamos ya no se correspondían con la realidad además la base de datos nos proporciona información valiosa sobre el uso y potencial de los suelos que puede ayudar mucho para tomar decisiones correctas”, dijo Telémaco Talavera, rector de la UNA y presidente del Consejo Nacional de Universidades (CNU).
La actualización del mapa determinó que entre el cuarenta y cincuenta por ciento de los mejores suelos del país tienen potencial agropecuario. “Ahí se incluyen los suelos volcánicos, los mulisoles y los alfisoles y si los sumamos todos tenemos al menos un cincuenta por ciento de suelos con alta capacidad agropecuaria”, dijo Acuña Espinales.
Sin embargo, el manejo ineficiente de los sistemas productivos es lo que provoca el conflicto entre el potencial y el uso que se le da a ciertas áreas.
TODAVÍA HAY POTENCIAL
“El problema es de manejo. Estamos haciendo monocultivos y cuando es ganadería no tomamos en cuenta la fragilidad del suelo y metemos más ganado por área que la que el suelo puede soportar y a eso hay que sumarle que en la mayoría de las áreas no existen árboles forrajeros que proporcionen proteína al ganado y los animales deben explotar más los pastos”, expone Acuña Espinales.
La buena noticia es que aún hay 21,297.55 kilómetros cuadrados, equivalentes al 16.34 por ciento de la superficie, que están siendo subutilizados en los que existe un gran potencial para el crecimiento de la actividad agropecuaria.
“Pero sin olvidar que se debe dar el manejo adecuado, ya que el hecho de que aún existan áreas que se pueden aprovechar no significa que vamos a sobreexplotar para llevarlos al deterioro, sino buscar alternativas de uso y manejo más adecuadas a las condiciones del suelo”, recomienda el docente de la UNA.
Álvaro Fiallos, presidente de la Unión Nacional de Productores y Ganaderos, considera que la actualización del mapa permitirá al sector productivo marcar la pauta para comenzar a corregir las actividades que se están realizando de manera equivocada.
EL TRABAJO DE CAMPO
La actualización del Mapa Nacional de Suelos y Uso Potencial de la Tierra se elaboró a partir del procesamiento y clasificación de trescientas imágenes satelitales, correspondientes a los años 2010-2012 y de la verificación de campo realizada entre 2014 y 2015.
El estudio obtuvo una precisión global del 93 por ciento y fue realizado por un equipo técnico interinstitucional integrado por investigadores del: Instituto Nacional Forestal (Inafor), Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (Marena), el Ministerio Agropecuario (Mag), el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), un consultor independiente.
El proyecto realizó con apoyo técnico y financiero del Programa Regional REDD/CCAD-GIZ.
Con base en la información se clasificaron los suelos en subgrupos taxonómicos y se definió el uso actual, el potencial y el conflicto de usos de los suelos.
EVITAR CONFLICTO
Aunque la información que revela la actualización del Mapa Nacional de Suelos en la práctica permitirá comenzar a dar el uso adecuado a los suelos; “en la práctica eso significaría manejar bien los suelos pero a costa de una tremenda conflictividad social, por lo que esos cambios deben manejarse con visión, inteligencia y con un alto grado de concertación”, advirtió Telémaco Talavera, rector de la Universidad Nacional Agraria y presidente del Consejo Nacional de Universidades (CNU).