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Artesanas de su futuro

Vivir en una de las regiones más alejadas y menos accesibles del país no impidió que cuatro productoras de cacao de El Castillo, Río San Juan, apostaran por dar valor agregado a su cosecha. Hace cuatro años fundaron el negocio que llamaron Las Hijas del Cacao. Ahí elaboran chocolates de diversos sabores, pasta para chocolate […]

Vivir en una de las regiones más alejadas y menos accesibles del país no impidió que cuatro productoras de cacao de El Castillo, Río San Juan, apostaran por dar valor agregado a su cosecha. Hace cuatro años fundaron el negocio que llamaron Las Hijas del Cacao. Ahí elaboran chocolates de diversos sabores, pasta para chocolate caliente, jalea, mermelada, jabón, champú, chocohorchata y pinolillo, productos que pronto podrían comenzar a distribuirse en Managua.

Desde que se fundó la pequeña empresa en el 2011 han vendido únicamente en ferias y en la sede del negocio que comparte instalaciones con la Cooperativa Multisectorial de Desarrollo Productivo de San Juan (Coodeprosa), de la que las empresarias son socias.

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“Desde el inicio los productos tuvieron una excelente aceptación de los pobladores de El Castillo. También los turistas nacionales y extranjeros que nos visitan compran mucho lo que nos permite tener ventas estables todo el año”, dice Dolores Talavera, quien junto con Silvia Lucía Miranda, Ana Gatica y Mayela Canales manejan actualmente el negocio. Por diversos problemas otras cuatro emprendedoras han abandonado el proyecto.

Pero estas empresarias apuestan a que en las próximas semanas sus ventas se multipliquen ya que les han ofrecido espacio para instalar un puesto de venta en la Casa del Maíz de la Avenida Bolívar, en Managua.

“Estamos haciendo todos los trámites para que eso se concrete, porque eso va a ayudarnos mucho. Vamos a ampliar la cocina y a comprar otros equipos porque actualmente solo tenemos capacidad de procesar unas cincuenta libras mensuales de cacao y para llevar productos a Managua tenemos que incrementar la producción”, expresa Talavera.

También realizan trámites para obtener el registro sanitario de los productos y la inscripción de la marca La Fortaleza, que utilizan para comercializar sus productos.

Estas mujeres confían en que las autoridades les proporcionen el puesto en la Casa del Maíz, donde ofrecerían inicialmente chocolate caliente y barras de chocolate amargo, semiamargo, de leche y naranja, chocohorchata y pinolillo. De acuerdo con la aceptación que tengan, paulatinamente introducirían los otros productos que elaboran.

“Esto mejoraría considerablemente nuestras ventas y los ingresos, lo que nos permitiría seguir mejorando nuestras condiciones de vida”, dice Miranda.

Estas pequeñas empresarias distribuyen su tiempo, ya que tienen que cumplir con sus obligaciones familiares, cuidar las plantaciones de cacao y elaborar los productos que ofrecen.

En Las Hijas del Cacao todo se elabora completamente de forma artesanal. Tuestan el cacao en comales de barro, lo pelan a mano, lo quiebran en piedras de moler y lo muelen en máquinas manuales. Posteriormente la pasta que obtienen la procesan y mezclan con otros productos de acuerdo con las necesidades de cada uno de los productos que se ofrecen.

Y aunque están conscientes de que tener un puesto de venta fijo en Managua implicará redoblar esfuerzos, no se arrepienten de haber tomado la decisión de convertirse en empresarias.

“Gracias a que le pedimos ayuda a los directivos de Coodeprosa logramos hacer un curso en la chocolatería El Castillo, de Matagalpa, después fuimos a la Momotombo, en Managua, y después a una escuela en Guatemala, donde reunieron a varias cooperativistas y nos enseñaron a hacer mermelada, jalea, champú y jabón de cacao”, relata Talavera.

Según Silvia Lucía Miranda gracias a que se arriesgaron a procesar parte del cacao que producían sus ingresos se incrementaron y eso les ha permitido mejorar su nivel de vida y asegurar la educación de sus hijos. “Mi meta es que los tres se preparen y tengan una carrera y ahora creo que voy a poder lograrlo”, dice.

El programa Progresa-Caribe que desarrolla en Río San Juan el consorcio integrado por Lutheran World Relief (LWR), TechnoServe y Catholic Relief Services (CRS) propició la capacitación, instalación del pequeño taller y la participación en ferias de esta empresa.

Sin embargo, ahora ellas deben demostrar que su gestión ha mejorado y realizar sus propios trámites para garantizar el crecimiento de su negocio, explica Reynerio Solís, coordinador del programa Progresa-Caribe en Río San Juan.

PARA CONTACTO

E l taller y puesto de venta de Las Hijas del Cacao está ubicado en El Castillo, Río San Juan, del Instituto Inmaculada Concepción, cien metros al este. Se puede obtener información a través del teléfono 8431-2389 y del correo electrónico: [email protected]

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