Desde hace algunos meses Lissette Ruiz, directora de biblioteca y archivo histórico del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), recibe correos institucionales donde no la invitan a reuniones, sino que le mandan menús saludables, la instan a consumir frutas y verduras, pero también a que haga pausas activas a lo largo de su jornada laboral.
La Universidad Centroamericana (UCA), donde trabaja Ruiz, es una de las instituciones que han comenzado a implementar programas saludables que pretenden contrarrestar el sedentarismo de estudiantes y funcionarios en la universidad.
“La tecnología que nos ha traído muchos beneficios a la vida moderna, pero también nos ha modificado nuestros estilos de vida del ser humano. El estar sentado por largos períodos de tiempo se ha validado con la literatura científica, pasar muchas horas sentadas aumenta el riesgo casi en un cincuenta por ciento de morir por cualquier cosa. Eso tiene su explicación porque hay una presión interna sobre los órganos del estómago, la circulación se dificulta porque estamos cortando el flujo normal, se asocian problemas de estreñimiento, de colon, de posturas cardiovasculares.
Eso preocupa, no solo es que seamos menos activos, sino que pasamos mucho tiempo sentados. Una persona pasa sentada en su trabajo, recibe clases sentada, y luego llega a su casa a estar sentada, a comer, a ver televisión, a estudiar o a dormirse. Ese es el comportamiento típico de una vida sedentaria, eso no escapa a la realidad de nuestros trabajadores y estudiantes”, dice Vera Amanda Solís, secretaria general de la UCA e investigadora de hábitos alimenticios.
El antecedente del programa fue un estudio sobre hábitos alimenticios y actividad física entre los empleados y estudiantes de primer año.
7 DE CADA 10 CON SOBREPESO
Todavía no están listos los resultados finales del estudio, pero datos preliminares arrojaron que el setenta por ciento tiene algún grado de sobrepeso y obesidad, es menor entre la población estudiantil, pero no deja de ser significativo: alrededor de un treinta por ciento con problemas de sobrepeso. Es la misma tendencia que evidencian estudios de la OPS (Organización Panamericana de la Salud) en América Latina.
En la empresa Casa McGregor cada año realizan el perfil lipídico a todos sus empleados y encontraron que una gran parte tenía niveles altos de colesterol, provocados por lo mismo: mala alimentación y sedentarismo.
SALSA A MEDIODÍA
LA PRENSA/ R. FONSECA
En el área de Recursos Humanos de esta empresa también notaron que algunos se cansaban, no rendían igual en el trabajo y comenzaron a desarrollar un programa que ha incluido charlas de nutrición con expertos, una promoción permanente de la alimentación saludable, incluso han desarrollado algunas competencias entre los mismos trabajadores para estimularlos a bajar de peso y paralelo han contratado a un profesor de salsa que llega a mediodía tres veces a la semana y que ha tenido acogida entre los trabajadores, sobre todo entre las mujeres.
Entre los planes está construir un gimnasio para que los trabajadores puedan ejercitarse en algún momento del día.
“Es una cadena que se ve reflejada en su desempeño laboral, porque alguien que se siente obeso, que se siente mal, incómodo con él mismo, pues cambia su estado de ánimo, cambia su motivación, su energía para hacer las cosas”, dice Alba Rony, psicóloga encargada del área de Recursos Humanos y la felicidad de Casa McGregor.
Sobre la inversión que eso implica para la empresa, Rony dice que el bienestar de los empleados ha repercutido automáticamente en la mejoría económica de la empresa. “En seis meses se triplicaron las ventas.
Comenzó a crearse un ambiente que no se había visto”, explica Rony y agrega que cuando se organiza un evento no se consume comida chatarra ni gaseosas ni jugos en cajas y botellas. Se promueve, según explica, el consumo de frutas, vegetales, una alimentación lo más sana posible y mucha actividad física y el compromiso social con diferentes causas.
LAS PAUSAS DE ALIVIO
Solís dice que una de las ideas del programa ha sido promover “pausas activas” que contemplan ejercicios de estiramiento, relajación, entre otros. Incluso, están diseñando una aplicación que tendrán las computadoras de los trabajadores para que se active cada hora y les indique que es momento de hacer una pausa activa.
También se está trabajando con los diez bares universitarios para instarlos a vender alimentos saludables y menos comida rápida o chatarra. “No todos los bares han respondido de igual manera”, reconoce Solís pero asegura que algunos sí han visto una oportunidad al ofrecer alimentos naturales como batidos y frutas.
Otra medida en la universidad han sido las alianzas con productores de Ciudad Darío y Tipitapa, quienes llegan una vez a la semana para vender sus frutas y verduras a “un precio más competitivo”, agrega Solís.
Esto ocurre los miércoles y viernes. “Están haciendo un esfuerzo para usar muy pocos agroquímicos, todavía no es orgánico ciento por ciento”, dice Solís.
LA PRENSA/ ARCHIVO
30 MINUTOS DE CAMINATA PARA VIVIR MEJOR
Distintos estudios, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomiendan caminar treinta minutos o cinco kilómetros para mantenerse en un estado de salud óptimo. Aún para quienes padecen enfermedades crónicas como la diabetes. “Si yo te digo que caminés treinta minutos diarios, y sos un diabético, y tu glucosa va a bajar entre veinte y cuarenta miligramos por decilitros por caminar treinta minutos, yo te estimulo, te emociono por saber que por caminar tu cuerpo va a ganar cuarenta puntos menos”, dice el diabetólogo Luis Alemán, presidente de la Asociación Nicaragüense de Diabetología, quien además de la actividad hace énfasis en variar los hábitos alimenticios, porque son dos cambios que van de la mano en el caso de los enfermos crónicos, pero también en la vida de cualquier persona.
CLASES Y BAILATÓN
La UCA también ha creado una asignatura electiva, que se imparte dos veces al año, en la que enseñan a los estudiantes a comer sanamente. “Tiene muchísima aceptación”, dice Vera Amanda Solís, secretaria general de la UCA y coordinadora del programa saludable que está impulsando la universidad. Además de las charlas y las “pausas activas”, la universidad ha impulsado actividades masivas de baile para estimular a los estudiantes. Uno de los próximos proyectos es diseñar varios senderos de caminatas.