Pese a la rebaja en el precio de los combustibles y la energía, gran parte de los consumidores nicaragüenses sienten que su poder de compra se ha deteriorado aún más en septiembre y creen que este se reducirá más en el futuro cercano, reveló la Encuesta de Confianza del Consumidor, que presenta hoy en Managua la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
La encuesta, con una muestra de 1,698 personas, fue aplicada entre el 18 de septiembre y el 4 de octubre de 2015, en seis subregiones, estando el 23.2 por ciento en Managua.
Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides, admitió que la capacidad de compra ha sido percibida como negativa en todo el año, aunque mejor a la de 2014, a pesar de que la inflación se mueve al menor ritmo de los últimos cuatro años.
En septiembre el 45 por ciento de los nicaragüenses encuestados dijo que su poder de compra era peor que hace un año, superior al 41 por ciento, que sintió esa merma en la primera encuesta que se realizó en marzo pasado y al 44 por ciento de junio pasado, la segunda del año, según los datos de Funides.
“Estos resultados de expectativas de los consumidores no son consistentes con los datos de inflación que muestran una sostenida disminución en lo que va del año. Esto puede sugerir que la pérdida en el poder de compra está más asociado a disminución de ingresos que a aumentos de la inflación”, se explica en el Informe de Coyuntura Económica al Tercer Trimestre 2015, que se presenta hoy en el Hotel Intercontinental Metrocentro.
Además Chamorro cree que este pesimismo está relacionado con las afectaciones de la sequía, porque la mayor concentración de personas que piensa que su poder de compra ha desmejorado está en occidente y el norte la país, donde se encuentran los municipios con mayores afectaciones por la sequía.
La principal estrategia que están aplicando los nicaragüenses para hacer frente al deterioro de su poder de compra es recortar el consumo. “En septiembre de 2015 el 95 por ciento de los hogares encuestados tuvo que recortar su consumo, similar al 94 por ciento en junio. Apenas un 3 por ciento recurrió a préstamos y menos del 2 por ciento reflejó un trabajo extra”, precisa.
“Ya deberíamos sentir que la gente tiene alguna liberación de recursos producto de que la inflación anual ya no es tan fuerte, pero eso no nos están diciendo los resultados”, enfatiza.
Por nivel socioeconómico, la encuesta indica que la proporción de gente que está en los niveles económicos más bajos son los que más sienten que su poder de compra está deteriorado más que el año pasado.
En contraste, el nivel socioeconómico más alto es el más pesimista en cuanto a la expectativa de mejorar la capacidad de compra en los próximos 12 meses.
Y mientras los consumidores se debaten entre la menor capacidad de compra actual y a futuro, los empresarios encuestados perciben “la situación económica del país mejor que la que percibían en julio”.
A su vez se incrementó el porcentaje de empresarios encuestados que perciben el clima de inversión como positivo, pasando de 52 por ciento en julio de 2015 a 60 por ciento en noviembre, mes en que se extendió la encuesta a los privados.
Entre los factores que consideran como incidencia negativa en la economía, un 86 por ciento de los empresarios afirma que la corrupción afecta a la economía. El precio de la energía y el costo del crédito se sitúan en segundo y tercer lugar, respectivamente.
LO QUE PREOCUPA
Según la encuesta de Funides, los aspectos que más preocupan a los hogares encuestados son la inflación y la situación del empleo. “Al 33 por ciento le preocupa solo la situación de empleo y al 31 por ciento la inflación. La caída de la importancia de la inflación como única preocupación refleja la desaceleración de la inflación que se ha observado en el mes de septiembre”, precisa el informe.
De hecho, gran parte de las familias dijo que los altos precios de los alimentos y el costo de la energía son los aspectos que más afectan al hogar.