La presidencia no está en juego, pero Venezuela bulle como si así fuera: este domingo 6 de diciembre celebra unas elecciones legislativas en las que, ante el hastío por la crisis económica y la inseguridad, la oposición se planta como la favorita para ganar una mayoría parlamentaria, por primera vez en 16 años de gobierno chavista. Una derrota del chavismo impactaría “políticamente” en los llamados países bolivarianos, de los que Nicaragua es parte.
El chavismo no sabe lo que es perder y para estas elecciones trata de proyectar una imagen de invencibilidad electoral: “17 años victoriosos”, dice un slogan. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha ganado todas las elecciones nacionales realizadas desde el triunfo de la revolución en 1998 con excepción de una en 2007, que le habría dado poderes especiales al fallecido presidente Hugo Chávez.
Durante estos años el chavismo se ha extendido por Latinoamérica y sus triunfos han sido celebrados con especial emoción por los gobiernos que forman la Alianza Bolivariana para América (ALBA). Entre ellos, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Dominica y otras pequeñas naciones del Caribe latinoamericano.
Rosa Marina Zelaya, expresidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE), comentó que un triunfo de la oposición “significaría que los venezolanos están pidiendo un cambio”, lo que sería una lección “no solo para Nicaragua sino para América Latina” de que “los ciudadanos a través del voto pueden cambiar situaciones políticas de su país”.
RELACIONES CON NICARAGUA
Agregó que una derrota del chavismo traerá repercusiones en las relaciones con los demás países, sobre todo con los que “han estado insertos en lo que se ha denominado como ALBA”, aunque este cambio, según Zelaya, “no necesariamente” tiene que ser malo para Nicaragua, ya que ambos países han mantenido relaciones desde antes de la aparición del chavismo.
Para el economista Adolfo Acevedo es difícil aventurarse y asegurar qué impacto tendrá en las relaciones económicas entre Nicaragua y Venezuela, un eventual triunfo de la oposición. “Es realmente difícil saberlo porque la relación entre Pdvsa (empresa petrolera venezolana) y Albanisa (consorcio nicaragüense-venezolano) se ha llevado a nivel de empresa”.
Explicó que la relación económica está asociada al abastecimiento de petróleo, ya Venezuela asegura más del noventa por ciento del suministro petrolero nicaragüense. “No sé si (un nuevo Parlamento) podrá emitir alguna legislación para limitar los intercambios”, añadió.
Chávez y el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, firmaron en 2007 un acuerdo, por el que Venezuela suministraría a Nicaragua petróleo y derivados, cuya factura se pagaría una mitad a 90 días y el resto a 25 años, con una tasa de interés del dos por ciento.
Acevedo explicó que el producto venezolano “se comercializa internamente, una vez que recupera la plata de esa factura, le pagan a Venezuela el cincuenta por ciento y el otro cincuenta por ciento le queda a Albanisa”.
CAMBIOS
Las relaciones entre Venezuela y el resto de países del ALBA no están entre las prioridades de la oposición, dijo a LA PRENSA Jesús Torrealba, secretario de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutina a una veintena de organizaciones políticas.
Si la oposición gana la mayoría simple (84 diputados) buscaría una amnistía para presos políticos —entres ellos Leopoldo López, condenado a más de 14 años de cárcel—, con la calificada (101) o absoluta (112) intentaría quizás una enmienda constitucional o un referéndum que promueva una salida anticipada del presidente Nicolás Maduro.
Una parte de la coalición opositora promete, asimismo, forzar a Maduro a ceder el control de instituciones como la Corte Suprema y el Consejo Electoral Nacional. Mientras, el sector más radical busca convocar un referéndum revocatorio del poder del mandatario.
“Maduro no está desahuciado. Habrá un nuevo mapa político, un balance del poder. Si la oposición gana y es inteligente, negociará para lograr cambios, pero si se imponen los radicales que quieren sacar al presidente, habrá perdido una oportunidad de oro”, afirmó a la agencia AFP el analista Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
Excepto por estas promesas, la oposición no tiene demasiadas propuestas concretas y ha enfocado su campaña en el malestar de la gente con el partido de gobierno.
TRAMPAS
Para evitar una derrota, el gobierno ha puesto en práctica algunas medidas, como la de prohibir que se postulen prominentes dirigentes opositores o la entrega de tabletas chinas, que han sido criticadas por varios gobiernos, incluido el de Estados Unidos, por considerarse una interferencia inapropiada con el proceso electoral.
Torrealba aseguró, en una entrevista telefónica con LA PRENSA, que este ha sido el “proceso electoral más sucio o más antihigiénico de los últimos 17 años”, y tomó como ejemplo la designación de ministros como candidatos, quienes utilizan los recursos de ese despacho ministerial para hacer campaña electoral.
“Vemos estas cosas en cada elección, pero este año subieron el volumen”, dijo Luis Lander, director de la ONG Observatorio Electoral de Venezuela.
CASILLA ENGAÑOSA
El dirigente opositor se refirió también a la campaña electoral del partido Min-Unidad, una organización independiente, pero que según la MUD, fue creado por el chavismo para confundir a los electores.
El partido Min-Unidad aparece en la boleta electoral al lado de la alianza opositora identificada en la tarjeta como MUD Unidad, algo que, a juicio de estos últimos, fue hecho a propósito para distraer al votante. “Usar todos los recursos del Ejecutivo para confundir al elector es delito”, indicó Torrealba.
Para contrarrestar esta situación, cientos de simpatizantes de la MUD han salido a las calles a enseñar a votar “casa por casa, persona por persona”, dijo Torrealba.
30 PUNTOS
Las encuestas privadas y las pagadas por el gobierno indican que la votación de hoy podría dar a la oposición el control de la Asamblea Nacional, que es controlada por los chavistas que tienen cien escaños.
Aunque es posible también que los opositores logren un triunfo abrumador en el voto popular, pero que no le dé la mayoría absoluta porque el sistema electoral favorece a distritos rurales poco poblados en detrimento de las zonas urbanas donde la MUD es más fuerte.
Torrealba comentó a LA PRENSA que “en esta oportunidad, la ventaja es tan amplia que eso (ganar el voto popular sin mayoría absoluta) no pareciera probable. Lo que discutimos es si será mayoría simple o calificada, es decir ganamos por mucho o por mucho más, eso es lo que está en discusión en Venezuela”.
Los líderes de la oposición, agrandados por las encuestas que les dan hasta treinta puntos porcentuales de ventaja, están diciendo que una derrota el domingo indicaría que hubo un fraude de parte del gobierno.
“El gobierno ha hecho trampa cuando ha tenido dos millones de votos de ventaja y ahora que tiene dos millones por abajo, intenta hacerlo con más énfasis. Nuestro trabajo consiste, no en lamentarnos porque el chavismo tenga vocación tramposa, sino enfrentarlo y derrotarlo”, dijo Torrealba.
DEFENDER REVOLUCIÓN
Los aliados de Maduro, en tanto, ridiculizan a la oposición por declarar victoria antes de la votación y consideran esa actitud parte de un complot apoyado por Estados Unidos, que tiene por fin desbaratar la revolución chavista.
En un discurso pronunciado el pasado fin de semana Maduro dijo que “ni voy a entregar, ni voy a traicionar la revolución”. “Si el 6 de diciembre gana la derecha, prepárense para un país lleno de caos, de violencia, de protesta”, agregó.
Maduro ha prometido también que de ganar “¡como sea!” radicalizará la revolución socialista que le legó Chávez “Vamos con la fuerza de Chávez a ganar otra vez”, publicó en su perfil de Twitter el mandatario venezolano, el mismo día del comienzo de la campaña electoral.
“Estamos obligados a nombrar a Chávez mañana, tarde y noche”, afirmó el presidente del Parlamento y candidato a reelección, Diosdado Cabello, quien aseguró que “donde haya una obra de la revolución estarán los candidatos de Chávez”.
DOS MODELOS
Al cerrar la campaña el jueves ante miles de seguidores, Maduro anunció que el chavismo “dará la sorpresa”. “Esta es una decisión entre dos modelos (…). Le pido al pueblo la mayor lealtad al legado de Hugo Chávez”, manifestó.
Por años dividida y convencida de un triunfo tras perder 18 de 19 comicios celebrados en la era chavista, la oposición se presenta hoy con una lista única de candidatos y la promesa de mejora, aunque estos cruciales comicios abren múltiples escenarios: desde una profundización del modelo económico centralizado hasta un cambio en la dinámica política que ha regido al país desde que Chávez llegó al poder en 1998.
MIXTO SISTEMA ELECTORAL
Venezuela tiene un complejo sistema electoral legislativo, que mezcla la elección nominal y por lista.
La nominal se realiza en 87 circunscripciones que aglomeran municipios y parroquias; y la elección por lista se hace en los 23 estados y el Distrito Capital.
En 87 de estos circuitos se escogerán 113 escaños por nombre y apellido (nominal), repartidos a partir de cálculos demográficos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y donde el vencedor será quien consiga la mayoría absoluta (cincuenta por ciento más uno de los votos) en cada circunscripción.
Otros 51 legisladores serán escogidos por listas en 24 circuitos (uno por cada estado más el Distrito Capital) aplicando el método D’Hondt, por el que se da una asignación proporcional según los votos de cada fuerza.
Por cada estado se eligen dos diputados, excepto por los populosos estados de Zulia (oeste, petrolero), Miranda (norte, comercial) y Carabobo (norte, industrial) que escogen tres cada uno.
Los restantes tres diputados, que integrarán el Parlamento, se escogen en las circunscripciones especiales con presencia de indígenas.