Hoy la comunidad católica de la ciudad de Masaya estará celebrando los 15 años de vida sacerdotal del padre Bismarck Conde, vicario foráneo de este departamento.
De joven quiso ser médico, no obstante, dice que el Señor ya venía trabajando en su nuevo camino y poco a poco fue entrando en la vida religiosa. Por 12 años estuvo a cargo de la administración de la Catedral Metropolitana de Managua, luego fue trasladado a Masaya, en donde ha logrado gestionar y realizar obras en la Basílica Menor de La Asunción, ícono de Masaya, así como el fortalecimiento espiritual de la parroquia.
“La llamada a la vida sacerdotal ha sido un regalo de Dios, es la mejor sorpresa que Él ha hecho en mi vida. Haciendo alusión a un pasaje (bíblico) del profeta Jeremías, que dice que antes de formarte en el vientre materno, ya te conocía y te había destinado para que fueras profeta”, dijo Conde.
El sacerdote de 41 años, originario de Nindirí, manifiesta que lo más difícil en este largo camino espiritual es cuando las personas no logran comprender lo insondable del misterio sacerdotal “y a veces te tiran a matar con críticas muy fuertes. Creo que nuestro pueblo debe de recibir el sacerdocio como un regalo de Dios”.
Al consultarle sobre la indiferencia del Gobierno con la Conferencia Episcopal opinó que es importante que haya una reacción positiva a las diferentes problemáticas que los obispos entregaron a través de un documento, “porque ese es el sentir de todo un pueblo (Nicaragua), se recogió el sentir de muchas familias que viven situaciones muy difíciles.
Los obispos solamente dijeron que hay que atender estas necesidades, estos abusos, la pobreza, violaciones de derechos humanos, pero ha quedado como engavetado”.