Para aceptarse a sí mismo es preciso conocerse en lo externo y lo interno.
Así como descubrir los aspectos positivos y negativos con que se cuenta, tanto en lo físico, como en los sentimientos y emociones, hasta en la misma capacidad para realizar toda actividad y meta que se proponga.
Los aspectos positivos, hay que resaltarlos y desarrollarlos para así alcanzar los logros personales y tener un mayor crecimiento en la vida, ya que para toda persona es indispensable sentirse cómodo con las tareas que realiza.
Los aspectos negativos hay que saberlos afrontar con esfuerzo y gran decisión para superarlos.
Esto no debe ser motivo para frenar lo que se desea ser, generalmente estos aspectos son mínimos con relación al potencial positivo con los que se cuentan. El valor que se da la persona a sí misma es el producto o resultado del conocimiento que tiene de sus capacidades y limitaciones.
Si una persona posee una autoimagen adecuada hará valer su opinión y forma de ser, desechando toda intención, actitud y acto que denigre su personalidad. Se debe mencionar que una autoimagen debe ser construida a lo largo de la vida, por medio de estrategias que nos ayuden a fortalecerla y que permita vivir plenamente.
Es importante mejorar la forma en que se ve uno mismo, y a la vez, el ambiente donde se relacionan. Cabe destacar que si se posee una imagen negativa el mismo subconsciente atraerá situaciones que vayan interfiriendo su desarrollo integral. Es necesario crear un equilibrio sano, celebrando lo bueno que hacen cada día y a la vez, tener en cuenta lo que hicieron mal pero no como reproche, sino para no repetirlo.
La autoimagen que cada uno tenga será el pilar que fortalecerá su vida y desarrollará una mejor comprensión de las situaciones con las que se tenga que enfrentar día a día.