La actriz estadounidense Amber Heard, esposa de Johnny Depp, luchará en los tribunales australianos tras entrar el pasado mayo con dos perros que no tenían los permisos requeridos, informaron ayer medios locales.
Las autoridades australianas acusan a Heard de violar las leyes de bioseguridad por el ingreso de los canes, Boo y Pistol, en el avión privado de Deep, mientras este rodaba en el Estado de Queensland, noreste del país, la próxima entrega de Piratas del Caribe.
Heard, quien se declara inocente, precisó “que hasta ahora no era necesario que compareciera ante el tribunal, a pesar de mi deseo de hacerlo”, según la edición australiana del diario The Guardian.
“Mi decisión de defenderme ante los cargos, como se verá en el foro apropiado del tribunal, no es de ninguna manera minimizar la importancia de las leyes australianas. Estoy ansiosa de asistir a las vistas”, señaló Heard en un comunicado.
De ser hallada culpable, Heard afronta una pena máxima de diez años de cárcel o una multa de unos 73,825 dólares (67,408 euros) en Australia.