La representación oficial de Nicaragua hizo el ridículo en la conferencia mundial de París sobre el cambio climático.
Aparte de alinearse con los pocos gobiernos que no llegaron a París para comprometerse en el esfuerzo común por reducir la emisión de gases que causan el cambio climático, sino a exigir dinero a los países capitalistas industrializados, la delegación del régimen orteguista aseguró en un foro de la conferencia que la construcción del canal interoceánico en Nicaragua ayudará a reducir la emisión de gases contaminantes.
Este extravagante planteamiento fue repetido el miércoles de esta semana en Managua, en otra presentación propagandística del proyecto canalero, en la cual se aseguró que el canal chino en Nicaragua reducirá la emisión de gases contaminantes porque “los barcos tardarán menos tiempo en realizar su recorrido”.
Afortunadamente en París había quien desmintiera al representante de Daniel Ortega. Como informó LA PRENSA el miércoles 9 de diciembre, el presidente de la
Fundación del Río, Amaru Ruiz, refutó al representante orteguista y aclaró que los mismos estudios de impacto ambiental realizados por cuenta de la empresa china concesionaria del canal, reconocen que su construcción y posterior funcionamiento sería más bien un gran contaminante ambiental.
El ambientalista nicaragüense informó que según el Estudio de Impacto Ambiental y Social hecho por ERM, “solo durante su construcción china, el megaproyecto generará más de 33 millones de toneladas de CO2”, o sea gases con efecto invernadero. Y agregó que esas estimaciones “aún son muy conservadoras, ya que no estiman la pérdida de biomasa, los impactos directos de los subproyectos, ni los impactos indirectos asociados al desplazamiento poblacional y aumento de la deforestación en la Reserva Biológica Indio Maíz…”
Por otra parte, casi al mismo tiempo que en la conferencia de París el delegado oficial del régimen orteguista era refutado por el ambientalista nicaragüense, el periódico británico Financial Times publicó una carta de los científicos que analizaron el Estudio de Impacto Ambiental y Social del proyecto canalero, en la cual advierten que este “podría resultar en una devastadora e irreversible pérdida de biodiversidad en los ecosistemas marinos, terrestres y de agua dulce, así como la ruptura del Corredor Biológico Mesoamericano a lo largo de la costa Caribe del país”.
O sea que mientras los representantes del gobierno orteguista y de la empresa china canalera aseguran que la construcción del Canal Interoceánico ayudará a reducir la emisión de gases contaminantes, los científicos y expertos ambientalistas sostienen todo lo contrario.
¿A quién debemos creer? ¿A un gobierno habitualmente mentiroso y una empresa china empeñada en vender un megaproyecto de origen dudoso y destino incierto, o a una comunidad de científicos que no tienen ningún interés egoísta, ni económico ni político, solo la buena voluntad de defender el hábitat humano?
A nosotros no nos cabe ninguna duda de que los serios, responsables y creíbles son los científicos y los ambientalistas independientes.