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Pequeñas pero cotizadas

Danny Osorio y Tania Baltodano son arquitectas de profesión, pero hace unos meses decidieron dar un giro en sus vidas. Ambas dejaron sus trabajos para emprender su negocio como socias,

Danny Osorio y Tania Baltodano son arquitectas de profesión, pero hace unos meses decidieron dar un giro en sus vidas. Ambas dejaron sus trabajos para emprender su negocio como socias, que lejos de ser una constructora o empresa de servicios dentro del ramo de su profesión, ofrece pasar un grato agradable y degustar pequeñas hamburguesas en un ambiente propicio para después del trabajo.

Mosh Rock & Burgers comenzó con el propósito de tener un bar, pero en el camino las dos jóvenes fueron madurando su idea hasta tener un restaurante de estilo “alternativo”, con decoración de madera reciclada y un ambiente rockero a primera vista, en sí aspectos con los que sus dueñas se relacionan dando el toque personal de cada una, sus gustos se encuentran plasmados en cada espacio del lugar.

“Nosotras somos arquitectas, entonces tenemos mucha atención en los detalles. Teníamos un look que queríamos lograr, que era alternativo, bien Pinterest (visual, inspiradas en la red social de ese nombre). Muchas de nuestras ideas de decoración son cosas que vimos alguna vez en Pinterest”, señala Danny.

Las mesas son carretes de madera para cables eléctricos, las sillas fueron diseñadas por ambas socias y elaboradas por un artesano porque consideraron que era más económico así, las paredes del negocio están forradas con polines de madera y las lámparas con botellas de vidrio, todo para crear un ambiente amigable, ser el sitio exacto para compartir con los amigos al salir del trabajo.

Pese a que Danny y Tania visualizaron a Mosh Rock & Burgers como un sitio para personas entre los 25 y 35 años, en los meses de funcionamiento se ha ido convirtiendo en un espacio para público de todas las edades, siendo atractivo incluso para familias con hijos pequeños, comenta Tania.

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EN UNA REUNIÓN DE AMIGOS

Las jóvenes cuentan que fue en una reunión social que decidieron crear su propio negocio. “De la idea al hecho pasó un mes. Una noche nos reunimos, ella, su esposo, mi esposo y yo, estábamos platicando que íbamos a poner un bar. El fin de semana siguiente nos estábamos reuniendo haciendo planes”, indica Tania. “Sí, ya luego estábamos renunciando”, cuenta Danny.

Uniendo el dinero de ambas montaron el negocio, comenzaron con buscar el local, al inicio —porque la idea era la del bar— no lograban quién rentara un espacio. “Pensaban que les íbamos a botar el lugar o que lo íbamos a desbaratar”, bromeó Tania.

Finalmente llegaron al local actual donde ya tenían más detallado qué tipo de negocio querían montar. Si bien las empresarias tienen planes de expandir Mosh Rock & Burgers en un futuro, piensan que deben conservar el sitio original como algo simbólico de sus inicios.

Ambas confiesan que parte de lo más difícil ha sido cambiar de ser empleadas a empleadoras, de pasar de ocho horas diarias de trabajo y desligarse de sus labores al salir, a llegar luego del cierre del negocio a sus hogares hacer números y planificaciones para el día siguiente, así como les ha tocado también llegar a atender personalmente en algunos momentos mesas y la caja del local.

Actualmente el sitio funciona con nueve personas, entre quienes atienden mesas, el personal de la cocina y la barra del lugar. Danny afirma que se ha sorprendido por el crecimiento del negocio, pues pensaban que la aceptación iba a ser más complicada por tanta oferta de servicios, pero la realidad ha sido distinta.

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ADAPTÁNDOSE A LA DEMANDA

La última contratación que hicieron fue la de un motorizado para la entrega a domicilio, que por la demanda de los clientes que se han hecho frecuentes, decidieron implementar.

El negocio de ser una idea entre amigos, se ha vuelto algo muy serio, el generar las ganancias suficientes para cubrir salarios ha sido todo un reto para quienes hasta inicio de este año aún trabajaban para alguien más.

“Los 15 y los 30 ya no los ves igual”, afirma durante la entrevista Tania, en cambio Danny interrumpe y como broma agrega “el aguinaldo ya no es una palabra feliz”. Sin embargo algo en que coinciden ambas empresarias es que desde su experiencia en este negocio ahora ven con mucho más respeto el trabajo de servicio, a los meseros y a los cajeros.
Danny afirma que la ampliación debe ser “sostenible”, pues desean continuar sin deudas mayores e irse expandiendo de acuerdo con sus capacidades y el crecimiento que lleve el negocio.

“Si cuando se nos ocurrió la idea de hacer esto nos hubieran dicho que iba a ser de la manera que es, no sé, me hubiese dado miedo”, reconoce la joven arquitecta.

PRUEBA-ERROR

Ninguna de las empresarias tenía experiencia en manejo de personal, ni cómo captar las personas indicadas para un negocio de servicios, tampoco eran expertas culinarias o expertas en contabilidad para negocios.

Tanto Danny como Tania señalan que la experiencia ha sido de prueba-error, siendo hasta el momento más lo aciertos que desaciertos en el camino de su negocio.

En el camino las empresarias han ido viendo alternativas e implementando nuevas cosas. Por ejemplo, según Danny, al inicio las compras que realizaban eran en supermercados, pero luego de asesoría por un contador vieron que esto elevaba sus costos de producción.

Desde su inicio hasta cinco meses después, las jóvenes ahora tienen su propia red de distribuidores que han ido creando en el día a día, quien les surte el pan, verduras y demás materias primas para su negocio.

LAS RECETAS

El menú ha sido diseñado por ambas, cada una de las hamburguesas tienen su particularidad. La de la casa es la Mosh, que viene envuelta la carne en tocino, con cebolla caramelizada y queso suizo. La siguiente es la Winehouse, en homenaje a la difunta cantante británica Amy Winehouse, que dado a su fama la salsa que acompaña esta hamburguesa lleva dentro de sus ingredientes whiskey.

Dentro de otras hay variedades picantes y hasta vegetarianas, como la Happy Cow, que Danny explica que debe su nombre “porque ninguna vaca murió en el proceso para hacer la hamburguesa”.

El tamaño estándar de las porciones son en panes de siete centímetros de diámetro con 25 onzas de carnes. ¿Por qué pequeñas? Según las socias, la decisión de hacer las hamburguesas con estas proporciones que el comensal pueda probar en un solo pedido la mayor parte del menú, el cual no es tan grande según Danny porque tratan de hacerlo manejable de acuerdo con la proporción de la cocina y su inventario.

LA PRENSA/ R. Fonseca

CONTACTO

Mosh Rock & Burgers está ubicada en la primera entrada de Las Colinas, en la segunda planta de Plaza Comercial contiguo a Cosep. Teléfono: 2276-1141. El horario de atención es de miércoles a viernes de 5:00 p.m. a 10:30 p.m. y los sábados y domingos del mediodía a las 10:30 p.m.

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COMENTARIOS

  1. Hace 8 años

    Felicidades y bendiciones a esas emprendedoras y nuevas empresarias!

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