El legado cultural de Gladys Ramírez de Espinoza, fundadora del Teatro Experimental y exministra de Cultura en el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, fue exaltado por familiares, actores y amigos, quienes la recordaron como humanista, culta y sensible a los intereses de los artistas.
En una ceremonia religiosa sencilla, pero emotiva le dieron su último adiós. Gladys Ramírez de Espinoza, falleció a las 6:00 p.m., del pasado jueves 10 de diciembre en Managua donde residía.
A mediodía fue trasladada a la Iglesia Divina Misericordia, para una misa por el eterno descanso de su alma; su sobrino y actor Winston Wallace destacó su vida y papel en la cultura relevante en nuestro país.
En tanto La Camerata Bach y su coro, le rindieron un homenaje artístico con un repertorio de canciones sacras, entre ellas el Ave María de Schubert.
En su funeral la cantautora Norma Elena Gadea cantó Gracias a la vida, de Mercedes Sosa. Los restos de Ramírez de Espinoza, nacida un 11 de abril de 1920 en León reposan en el cementerio Sierras de Paz, de Managua, dijo su hija Virginia Espinoza Ramírez.
Sus últimos deseos
Y agregó: “Ella no quería ir a ningún hospital y tener vida asistida por tubos, sino morir en su cama como Dios quería, y que respetáramos su voluntad; por eso contamos con un gerontólogo y doctores que le atendieron del Parkinson, su única enfermedad. Había cumplido el pasado abril 95 años”.
Reveló que su madre hasta en sus últimos momentos de vida —antes del paro cardíaco— estuvo rodeada de sus tres hijas, Virginia, Patricia, Carolina, nietos y cercanos. Que en los últimos años de su vida, le gustaba mucho escuchar música francesa, dado su gusto y formación en Francia; así cantos de esperanzas.
También tuvo asistencia espiritual, por lo que “su partida fue natural, sin traumas, ni lágrimas de desesperación; por eso celebramos su vida hasta el último momento que fue plena”, resaltó su hija.
Luego hizo un rápido recorrido de la vida cultural de su madre, hija de Jerónimo Ramírez Brown y de Virginia González Dubón.
De su bachillerato en Bélgica, estudios de filosofía y letras en el Cours Dupanloup, en París; inglés en Nueva York. De su boda con pensador liberal Enrique Espinoza Sotomayor, de las visitas a su casa del fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador. Y de su oposición a la dictadura Somocista.
“Lo mejor está aún por venir”, era una de sus frases que sintetizaba en breve su forma de pensar positivo. Ahora su hija piensa reunir sus escritos, poemas inéditos y fotografías emblemáticas, y publicar un libro de sus memorias.
Una vida en teatro
Gladys Ramírez de Espinoza, fundó hace 64 años el Teatro Experimental de Managua (TEM), le acompañaron en su pasión por el teatro, Gloria Pereira de Belli, Adelita Pellas de Solórzano, Tina Benard de Chamorro y Mimí Hammer. La primera obra en escena fue Sketch, escrita por Ramírez de Espinoza y dirigida por Peter Cook.
Se relacionó activamente con la poetisa María Teresa Sánchez, y su Círculo de Letras Nuevos Horizontes; asimismo dedicó tiempo para escribir en las páginas de La Prensa Literaria, que dirigió el poeta Pablo Antonio Cuadra. Aquí publicó su sección Culturales GRE.
Al respecto su sobrino Winston Wallace, dijo que como actor del Teatro Experimental Managua, fue dirigido por Ramírez de Espinoza, en obras como, Rómulo el grande; y en Asilo diplomático, Los cuentos de Hotel Plaza suite, La señorita de Tacna.
Después en Don Juan Tenorio; Cuando las suegras, Un marido de ido y vuelta; Eloísa está bajo el almendro; El santo y la chancha; El caso de la señora estupenda; y en La importancia de llamarse Ernesto
Así en la última puesta en escena, de La Ratonera, de Agatha Christie, con asistencia de Xiomara Centeno. Los ensayos de esta obra se hicieron en su casa, por que “siempre estuvo ligada muy de cerca al teatro”, señaló su hija.
En tanto el actor Salvador Espinoza, en un artículo publicado en La Prensa Literaria en 2011, se refiere a otras memorables puestas en escena de las obras, La Esposa Constante, La Casa de Bernarda Alba, La Esquina Peligrosa, Los padres terribles, Puebla de la Mujeres, Caperucita Roja, El Milagro en la Plaza del Progreso, y La Zorra y Las uvas, que valió diversas críticas favorables”.
Recuerda que por su magna labor, tanto Ramírez de Espinoza como Gloria Pereira de Belli recibieron reconocimientos como “los Güegüenses de Oro, que en años consecutivos lograron como mejor grupo, mejor director, mejor actriz, mejor director, mejor actriz secundaria y mejor actor secundario”.
“Su partida, finaliza Wallace, ha sido una gran pérdida dolorosa, tanto para nosotros, como para el ámbito cultural de Nicaragua, porque dejó sus huellas de gran impacto”.
Ministro de cultura sensible
Pierre Pierson, su amigo cercano y viceministro de cultura, recordó su gestión y personalidad. “Fue una persona respetuoso, una mujer democrática, entregada a su trabajo.
La presidenta Violeta Varios de Chamorro, la puso al frente del Instituto Nicaragüense de Cultura, con rango de ministro de cultura, en su gestión se reconstruyó en Centro Cultural Managua, logró que El Palacio Nacional, fuese un espacio para la cultura, se restauró la Catedral de León.
Dio su apoyo a la formación de las orquestas sinfónicas juveniles, y que Japón donara instrumentos musicales, entre otros impulsos al arte y cultura del país.
