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Humberto Belli Pereira

¿Qué pasa con nuestro Ejército?

¿Ha dejado de ser el Ejército de Nicaragua la institución profesional y apolítica soñada y diseñada durante el período de la presidenta Violeta Barrios de Chamorro? ¿Se encamina a convertirse de nuevo en una guardia partidaria al servicio de una familia?

Es preciso plantearse con seriedad estas interrogantes, pues gran parte de la salud política de una nación depende de la ética y profesionalismo de sus cuerpos armados. Idealmente estos se establecen para proteger la soberanía nacional y ser garantes del orden. Esto, más el hecho de que sus miembros tienen en sus manos el monopolio de la fuerza, exige que vivan una ética exigente, un escrupuloso respeto a la Ley y un acendrado patriotismo.

De la vocación de servicio a la patria, que somos todos, deriva su apoliticidad. La única enseña ante la que se cuadra un militar es la de la patria; en nuestro caso la azul y blanco. Una institución castrense se desvirtúa, o degenera, cuando se pliega a un partido —que por definición es una parte— o cuando se deja instrumentalizar por el poderoso de turno —como ocurrió bajo Somoza y otros caudillos de nuestra historia—. Deja entonces de servir a la patria y se convierte en asquerosa guardia pretoriana.

Hay signos inquietantes de que esto esté ocurriendo; de que algunos elementos del Ejército estén tratando de corromper la institución. Una de las primeras señales, visible y flagrante, fue cuando las banderas partidarias del FSLN aparecieron en las celebraciones solemnes del Ejército bajo la jefatura del general Avilés. Este lo justificó diciendo que dicha bandera es oficial, afirmación insólita en alguien que bien sabe que no es cierto; pues no existe Ley ni decreto alguno que haya constituido la bandera roja y negro como oficial del Estado de Nicaragua. ¿Habría tolerado el general el despliegue de la bandera roja del partido liberal en actos del Ejército? ¿Ha visto usted, lector, algún acto oficial del gobierno de Costa Rica, Méjico o Estados Unidos —para nombrar algunas democracias— donde la bandera nacional aparezca a la par de las del partido de turno?

Otro signo aún más inquietante y reciente es lo ocurrido en la universidad UAM. Tras asumir la presidencia de su junta directiva el coronel Félix Palacios, en representación del IPSM (Instituto de Previsión Social Militar), comenzó a prohibir foros de críticos del Gobierno, como uno de Carlos Fernando Chamorro, suprimió un exitoso programa de formación de líderes que contenía enseñanza en Derechos Humanos y valores democráticos y despidió a tres prestigiosos académicos percibidos como opositores. Y todo en el más puro espíritu de guardia: sin consultar al rector o la comunidad y sin explicaciones.

La pregunta entonces es: estas actuaciones represivas de la libertad de cátedra y de expresión, que son vitales en una verdadera universidad, ¿emanaron solamente del coronel Palacios o reflejan el pensamiento de sus superiores jerárquicos? Si es lo primero, los sectores del Ejército que estiman su profesionalismo e independencia deberían denunciarlo o movilizar su influencia. Si es lo segundo, significaría que actores clave de la institución militar no solo se han plegado al orteguismo, sino que han roto también con los valores democráticos, asumiendo una filosofía cavernaria, regresiva, típica de los gorilatos que han manchado la trayectoria de muchos ejércitos latinoamericanos.

Estoy seguro que dentro del Ejército hay hombres y mujeres, clases y oficiales, dignos y patriotas, que no están contentos con que elementos en su seno quieran convertirla de nuevo en el monstruo que combatieron valientemente.

Ojalá prevalezcan.

El autor es sociólogo y fue ministro de Educación.
[email protected]

Opinión Ejército Nicaragua Violeta Barios de Chamorro archivo

COMENTARIOS

  1. el carolingio
    Hace 8 años

    El desprestigio del ejercito viene por sus mandamases, quienes se plegan a los deseos del poder, cuando deberian de ser los rectores ejemplares son los los que tuercen con sus malos ejemplos. Pero hay fe que en Nicaragua tanto los alumnus como los militares de mandos intermedios sabran de resurgir del oprobio y la miseria moral en que la han sumergido sus dizques “autoridades supremas”

  2. ciudadano
    Hace 8 años

    Tremendo Ejercito. Listo para aplastar los derechos humanos .

  3. Angel
    Hace 8 años

    Parece un chiste lo que escribe este señor Belli, por lo siguiente.
    Primero: lo que hizo la sra. Violeta Barrios con el ejército después de 1990, fue lo que deseaba el gobierno de Estados Unidos.
    Segundo (y más importante): no existe ningún ejército apolítico en el mundo: ni en Estados Unidos, ni en China, ni en Rusia, ni en Honduras ni en Nicaragua, ni en Panamá, Venezuela o Chile. Con los estudios que tiene el señor Belli, debería saber eso.
    Tercero: mal ejemplo el de México, donde la bandera del PRI (partido en el gobierno) tiene colores idénticos a la bandera nacional, por lo que uno puede confundir tanto la bandera patria como la del partido.
    Cuarto: el acendrado patriotismo del señor Belli parece que no le ha impedido entrar a Estados Unidos con pasaporte estadounidense.

    1. rud
      Hace 8 años

      No conozco a Belli ni me interea defenderlo pero Angel anda cortando varas. Parece que le da envidia que Belli tenga pasaporte americano. Eso no lo hace menos nicaraguense. Dice que el ejercito de EEUU no es apolitico. Me pregunto de donde sacó esa información. En EEUU el ejercito solo obedece al Comandante en jefe a sea el presidente de la nación.Nunca a un partido político.Ni siquiera se mezclan con la población civil. Un consejo Angel uno debe informarse bien antes de opinar. Ahora pase a recoger sus laminitas de zinc.

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