“Todo fue una burla” aseguró Yelka Ramírez, sobreviviente a la Masacre de Las Jaguitas, quien denunció al Gobierno de Nicaragua ante el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), para exigirle que cumpla las promesas que realizaron sus funcionarios durante la vela y el entierro de las víctimas.
Ella señala directamente a Fidel Moreno, secretario general de la Alcaldía de Managua y a la primera comisionada Aminta Granera, jefa de la Policía Nacional de ser quienes se acercaron a ella para ofrecerle ayuda, pero cuatro días después de la tragedia perdió la comunicación con dichos funcionarios.
La joven madre destacó han transcurrido cinco meses desde que ocurrieron los hechos, y todavía no le han entregado los documentos de propiedad del lote en que sepultó a sus hijos en el cementerio Jardines del Recuerdo, por lo cual en dicho lugar no le permiten que instale en las tumbas las placas con los nombres de sus seres queridos.
Por su parte, Vilma Núñez de Escorcia, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) dijo que la Masacre en Las Jagüitas es uno de los casos más bochornosos que se han dado en la historia de derechos humanos en el país y el Estado debe hacerse responsables de los daños.
“No vamos a permitir que se burlen así de unos nicaragüenses, es el colmo que le matan a su familia, y se roban el cuerpo del delito que es el carro que destruyeron. No lo había visto nunca ni siquiera en una novela tenebrosa”, indicó Núñez.
Wendy Flores, abogada del Cenidh indicó que este organismo de derechos humanos acompañará a la familia de las víctimas a entregar una carta a la Primera Comisionada Aminta Granera con el objetivo que se le de una respuesta oficial e institucional de como van a asumir las responsabilidades ante los daños que sufrieron estas familias.
También dijo que se va a poner en conocimiento al procurador general de la república Hernan Estda en calidad de representante legal del Estado, y al Ministerio Público para que analicen el tema del resarcimiento en la vía penal de los daños ocasionados en materia civil.
CARRO NO APARECE
Yelka Ramírez destacó que el vehículo en el que viajaba la familia durante la tragedia, el cual constituye una prueba del delito, no se lo han entregado la Policía Nacional, tampoco ha recibido el carro nuevo que le prometieron durante la vela de sus hijos y hermana.
“El carro lo compramos nosotros y no aparece. No me lo dan ni nuevo, no me enseñan malo (dañado) ni nada. Entonces que promesa, donde están las promesas, si ni el carro me han dado ahora me van a dar lo otro que me prometieron”, dijo Ramírez.