LA HUÉRFANA
Bien dice el refrán: “La victoria tiene cien padres pero la derrota es huérfana”. ¿Quién se responsabiliza de la derrota que Nicaragua sufrió ante Costa Rica en el tribunal internacional de La Haya? Nadie. Todos voltean a ver para otro lado y algunos hasta quieren convencernos que ganamos o, al menos, que empatamos. Pero imaginen nomás que la Corte hubiese sido favorable a Nicaragua. Estaríamos inundados de agradecimientos y loas de ya sabemos quienes a “la gestión del comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo”.
MALA RACHA
Algo está fallando en El Carmen. No sé si el ojo de Fátima ha perdido sus poderes, si se ha debilitado la energía de las mil piedras de jade y amatista o si los 134 árboles de la vida son muy pocos para protegerlos, pero de un tiempo para acá todo parece estarles saliendo mal. Es que ha sido una tras otra. Primero se enferma y se muere el padrino Hugo Chávez, luego comienza a caer en picada el precio del petróleo, pierden al Insulza que les hacía los mandados en la OEA y llega un Almagro que los pone en jaque, el kirchnerismo pierde las elecciones en Argentina, luego el chavismo recibe una apaleada de padre y señor mío en Venezuela y ahora, de remate, Costa Rica nos vapulea en La Haya y quedamos sin Harbor Head y con una jarana por la indemnización que deberemos pagarles a los ticos por haber invadido y alterado “su territorio”.
PERDIÓ NICARAGUA
Y no vayan a pensar que estoy celebrando. Al contrario. Perdió Nicaragua. Este es el país que nací, en el que he vivido siempre y el que le quedará mis hijos. No solo perdió un pedazo del territorio que decíamos nuestro, sino también perdimos centenares de miles de dólares en costos del juicio y todavía, por si fuera poco, tenemos que pagar una cantidad que ni me quiero imaginar por la indemnización a Costa Rica. Ese dinero no sale de la bolsa de Daniel Ortega ni de ninguna otra más que de las nuestras. Por eso precisamente es que tenemos derecho a pedir cuentas, porque fue lo nuestro lo que se apostó, se jugó mal y se perdió.
ESTILO MAYORGA
Y no nos vengan con cuentos de “sentencia balanceada” porque esos disparates le luce decirlos a Ricardo Mayorga después de sus derrotas pero no a expertos que he tenido por serios. Y menos al gobierno que debería estar asumiendo su responsabilidad en este fracaso histórico. La única ganancia que puedo verle al fallo de La Haya es que al desaparecer esa disputa pueda servir para acercar más ticos y nicas que nos hemos visto distanciados por falsos nacionalismos y malos gobiernos.
PETRÓLEO
Y ya que estamos tratando de establecer quién es responsable de qué, hay que poner algunas cosas en claro porque siento que nos están queriendo dar vuelta. Uno, Nicaragua paga el petróleo venezolano a precio de mercado. Dos, Nicaragua paga en 90 días el cien por ciento del petróleo que recibe. Tres, casi la totalidad de los llamados programas sociales que comenzaron con la cooperación venezolana han sido trasladados al presupuesto de la República. O sea, se pagan con nuestros impuestos y no con donaciones o préstamos de nadie. Cuatro, Daniel Ortega privatizó la cooperación venezolana. Dijo que era suya y desde el comienzo la ha administrado como propia. Y cinco, el dinero concesional, correspondiente a la mitad de la factura petrolera que está prevista a pagarse en 25 años, ha sido absorbido por la empresa privada Caruna, que controlan los Ortega-Murillo.
“DEBEMOS” ES MUCHA GENTE
Dicho esto, no me vengan ahora con que es una pena para Nicaragua que se termine o revise el acuerdo petrolero con Venezuela. Es una pena para Ortega, principalmente. Es que así, con ese cuento de que al perder Ortega perdemos todos, pronto nos van a estar cargando la deuda del dinero que ellos alegremente gastaron y con el cual se convirtieron en los empresarios que nunca fueron. “Debemos” es mucha gente. Deben, y punto.
OJALÁ
Ahora que en Venezuela se respiran nuevos aires ojalá sepamos por fin cómo fue que ese convenio que era del Estado de Nicaragua quedó en manos de Daniel Ortega, ojalá sepamos en qué se ha gastado ese dinero del Estado de Venezuela y, si ese dinero sigue llegando, ojalá así sea, venga a Nicaragua a través del presupuesto de la República como debió ser desde el principio.