Fracturado. Así terminó este viernes 18 de diciembre el foro del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), luego que Costa Rica anunció su retiro de la mesa política de este organismo regional, ante la incapacidad de los países miembros de encontrar una respuesta a la crisis humanitaria que enfrenta San José, con cerca de seis mil migrantes cubanos varados en su territorio desde el pasado 14 de noviembre, cuando Nicaragua cerró sus fronteras.
Este viernes 18 de diciembre Nicaragua no solo sostuvo su postura política, sino que incluso pidió al Gobierno de Estados Unidos suspender la política migratoria Pies Secos, Pies Mojados, que alienta a ciudadanos cubanos a abandonar la isla y recorrer el continente para llegar a Estados Unidos.
Ayer en la XLVI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de este grupo regional se le entregó el mando transitorio al presidente hondureño Juan Orlando Hernández.
En la clausura, Hernández prometió impulsar el fortalecimiento de las relaciones entre los países centroamericanos, pero antes el canciller hondureño, Arturo Corrales, anunció que la delegación costarricense se levantó de la mesa política del foro y se desligó del organismo.
Según Corrales, la separación costarricense del organismo obedece a diferencias de esa nación con Nicaragua, Guatemala y Belice; cuyos gobiernos no apoyaron la petición tica de abrir sus fronteras para permitirle a los miles de cubanos poder llegar a Estados Unidos.
Hace una semana el presidente Solís había advertido que llegaría a la Cumbre con una posición firme de reclamo al resto de Centroamérica, por la falta de solidaridad en torno a la migración cubana, que ya ha causado gastos al gobierno costarricense por varios millones de dólares, según cifras de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias.
Solís había advertido que su administración evaluaba todas las alternativas sobre su participación en el foro, si Centroamérica no se solidarizaba con Costa Rica en el tema migratorio.
Ayer lo confirmó a su regreso de San Salvador y anunció que no daría más visas a los cubanos que lleguen a su país.
Nicaragua, por su parte, emitió un comunicado que sería leído en el foro del SICA, en el que demandó a Estados Unidos suspender la política migratoria vigente para los cubanos desde 1966, y le instó a sentarse a negociar con Cuba una salida legal a los migrantes que quieran acogerse al asilo en ese país.
“El gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional (Nicaragua) exige a los Estados Unidos soluciones para el traslado inmediato y seguro hacia su territorio de los miles de ciudadanos cubanos entrampados (varados) en esa peligrosa ruta de tránsito”, dice el comunicado.