Donde considero que sí se triunfó fue que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) no dio paso al verdadero argumento tico de mover el punto de partida de la frontera entre ambas naciones, que es Punta de Castilla, y Costa Rica pretendía convencer a los jueces que la frontera iniciaba en donde desemboca el río San Juan. Eso sí hubiera sido catastrófico porque significaría haber perdido espacio marítimo. Al no progresar Costa Rica en su verdadera intención Nicaragua ganó el punto más importante de ese litigio.
Se dice que es momento de doblar página, cerrar un capítulo y buscar diálogo y convivencia con Costa Rica, que debemos seguir adelante porque ahora tenemos una sentencia. Desearía que así fuera por el bien de nuestros pueblos, pero hacer eso es querer olvidar quiénes fueron los responsables de este desastre, es esconder la negligencia, falta de conocimiento e iniciativa de los que no tuvieron visión de nación para estar al frente de un juicio internacional.
Después de un error por el encargado de dragar el río, vuelve a repetir otro, para colmo se violó las medidas cautelares establecidas por la CIJ el 8 de marzo del 2011. Además se realizaron tres caños por Nicaragua en territorio tico en el 2013 y el posterior establecimiento de un contingente militar en Harbour Head.
El equipo de abogados o su representante debió haber recomendado al Gobierno sobre el cuidado que se debía tener con las medidas cautelares a fin de no violarlas y no quedar como un país conflictivo, y de ser posible haber nombrado un supervisor al que Edén Pastora le presentara un plan de trabajo semanal para aprobárselo, era una manera de controlar al señor encargado del dragado.
Como si no bastara con eso la CIJ dijo que Nicaragua no logró demostrar los daños ambientales causados por la construcción de la carretera ni logró demostrar que Costa Rica obstruía la navegabilidad en el río San Juan, por lo que desestimó la petición de Nicaragua que exigía reparaciones por los supuestos daños ocasionados al río.
Dice la sentencia que no había ninguna demostración, ninguna prueba contundente, no había nada para justificar esa demanda que había hecho Nicaragua.
Claro que los abogados fallaron y quedaron como incompetentes, hubiera sido mejor enviar abogados de los que laboran de manera independiente en los juzgados de Managua. Debieron haber exigido al Gobierno de Nicaragua que les suministrara las evidencias, suficientes y competentes, si no se les facilitaron hubieran renunciado, otra alternativa que tenían era asesorarse con los ambientalistas para saber si las pruebas a presentar eran convincentes. Pero existe la posibilidad que si realizaron las recomendaciones oportunamente y si el Gobierno no los escucho debieran de divulgarlo.
¿Querrá Costa Rica dialogar con Nicaragua? Es difícil, pues en cada juicio han demostrado su verdadera pretensión y no van a ceder por ello. Con el paso del tiempo este asunto del inicio de las fronteras lo volverán a revivir, así lo ha demostrado la historia y así será.
Para Nicaragua será difícil mientras se piense que somos una finca en donde nadie tiene derecho a opinar. Mientras no se vuelva a trabajar como nación, a como se hizo frente al juicio contra Colombia, no volveremos a ganar.
El autor es Analista Político.
