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La tercera novela Sin nombre ni gloria, de Francisco Alvarenga Lacayo relata historias dramáticas de jóvenes reclutados por el Servicio Militar Patriótico en los años ochenta en Nicaragua. LAPRENSA/URIEL MOLINA

Relatos de sangre y dolor

Sin nombre ni gloria, es la tercera novela del escritor Francisco Alvarenga Lacayo; anteriormente escribió Recuerdo de un adiós (2001), historia de su abuelita Rosa Emilia Alvarenga inmigrante salvadoreña en la Nicaragua de 1960. y El manuscrito del Coronel , sobre episodios del período de Somoza.

Sin nombre ni gloria, es una novela basada en hechos reales, afirma su autor Francisco Alvarenga Lacayo.

“Mi hermano murió en el Servicio Militar Patriótico (SMP) en 1984, tenía 15 años apenas y el cadáver nunca nos fue entregado, entonces me dediqué a investigar” detalla el escritor, así nació está novela.

Según Alvarenga Lacayo su hermano era estudiante del colegio Elvis Díaz Romero, y fue reclutado para los BLI (Batallones de Lucha Irregular) en junio de 1984; entonces ellos vivían en Bolonia, en Managua.

LA MADRE INVESTIGÓ

Recuerda que su madre comenzó a investigar su desaparición en hospitales y otros sitios; a los tres meses llegó una carta que estaba en Pantasma, Jinotega, en el Batallón de Lucha Irregular, BLI, “Rufo Marín”.

Un 5 de diciembre de 1984, un par de militares llegan a la casa con la noticia que murió en un enfrentamiento con un grupo de la contrarrevolución; pero el cadáver que le entregaron era de un teniente que fue intercambiado en una confusión.

“Él murió un 2 de diciembre, junto con otros siete fueron embalsamados en Ocotal”, dice Alvarenga Lacayo.

VARIAS HISTORIAS

El libro narra, en sus páginas, que la madre del joven recluta descubrió que su hijo fue enterrado en una montaña en San Ramón Matagalpa. Y hace tres años sus restos fueron desenterrados y trasladados a la bóveda de la familia Alvarenga en Diriamba.

También Alvarenga Lacayo cuenta que dedicó tiempo a investigar y encontró historias con similares resultados del conflicto de guerra.

A partir de estas historias, dice, escribe su novela.

Su libro está disponible en la librería Literato, y en el sitio web de Amazon.

Espera presentarlo en Diriamba en enero del año entrante. La portada es del fotoperiodista estadounidense William (Bill) Gentile, corresponsal gráfico en 1979 en Nicaragua de parte de la agencia de noticias UPI.

TERCERA NOVELA

¿Por qué llevar el caso de su hermano desaparecido a la novela? Francisco Alvarenga Lacayo, responde: es mi tercera novela, y con tantas cosas que investigué sobre otras historias pequeñas y trágicas, que vivieron los muchachos en el Servicio Militar, decidí enriquecer la historia del personaje principal. Y cuando terminó la guerra se dieron cuenta que lucharon por nada.

Doña Violeta Barrios de Chamorro  ganó en los noventa y se acabó el Servicio, pero quedaron tirados en la montaña. Nadie dijo: “Terminó la guerra y le vamos a dar una pensión, terminó la guerra y le vamos a dar educación. No sucedió, simplemente terminó la guerra y ya”, señala.

El caso de mi hermano es casi único, pero muchas mamás esperan información que nunca llegó. Por eso mi libro se titula: Sin nombre ni gloria, porque muchos muchachos quedaron tirados en la montaña. Es lo que quiero dar a conocer.

Autor

Francisco Alvarenga Lacayo ha escrito las novelas: Recuerdo de un adiós (2001), historia de su abuelita Rosa Emilia Alvarenga inmigrante salvadoreña en la Nicaragua de 1960.

El manuscrito del Coronel (2005), sobre relatos de la “mano blanca” en tiempos de Somoza. Y su reciente, Sin nombre y gloria (2015).

Estudió un par de años administración de empresas, viajó a Costa Rica, donde conoció a su esposa, una holandesa. Ha trabajado en laboratorios de Agfa, Kodak; y lleva 12 años de vivir en Holanda, cuenta el escritor.

 

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