Como la mayor de los hijos del socialista Chagüitillo, me ha correspondido agradecer el hermoso y emotivo homenaje que le fue brindado el domingo 20 de diciembre de 2015, con motivo de cumplir nada más y nada menos que 100 años de vida.
Lamentablemente, su precaria salud no le permitió estar presente físicamente en ese homenaje para agradecer y expresar personalmente las muestras sinceras de respeto y cariño que le han manifestado.
Chagüitillo quería mucho estar presente. Soñaba con la llegada de esta fecha para reunirse con sus amigos y celebrar juntos sus hermosos cien años de vida. Si logró recuperarse de las veces que en las últimas semanas ha estado a punto de morir, ha sido porque quería llegar a su centenario. Y soñaba con celebrarlo con sus compañeros y amigos en Managua y, después, en el poblado de Chagüitillo.
No he dicho Domingo Sánchez Salgado, sino “el socialista Chagüitillo”, porque los dos grandes amores que él tuvo y sigue teniendo hasta ahora, han sido la causa del socialismo y el poblado de Chagüitillo, donde él nació el 20 de diciembre de 1915. A los dos, al ideal socialista y al pequeño poblado de Chagüitillo cuyo nombre dio a conocer en toda Nicaragua y lo difundió por el mundo donde anduvo, él consagró toda su vida. Y podemos estar seguros de que cuando exhale su último suspiro, en su alma llevará para siempre la causa del socialismo y el nombre del pueblo de Chagüitillo.
Pero creo que no solo por su fidelidad a la causa por la que siempre luchó y el cariño a la aldea donde nació, es que se debe honrar a Domingo Antonio Sánchez Salgado Chagüitillo. Así, con tres apellidos, porque para él Chagüitillo es su tercer apellido y tan importante como el paterno y el materno.
El solo hecho de llegar a 100 años es motivo de admiración y merecimiento de recompensa moral para una persona. No son muchos los que llegan al siglo de vida. Según los datos conocidos, de las más de seis mil millones de personas que pueblan la Tierra en la actualidad, solo alrededor de 450 mil son centenarias, es decir, apenas un poquito más de la mitad del uno por ciento. Sin duda que eso es una hazaña.
Realmente, a pesar de los achaques y los problemas que causa la extrema vejez, es una maravilla que personas como Domingo Sánchez Salgado Chagüitillo lleguen a los 100 años. Y más, porque él quiere seguir hacia adelante y nosotros esperamos que lo logre.
La Biblia nos dice en Levítico que: “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano”. Con esa inspiración bíblica debo agradecer en nombre de la familia de Chagüitillo, a todos sus compañeros y amigos que se han levantado delante de las canas de nuestro padre para honrar su ejemplar trayectoria de luchador social y su rostro de anciano centenario.
La autora es hija de Chagüitillo. Texto adaptado de su intervención en el homenaje público que le fue tributado el domingo 20 de diciembre de 2015.