Alejandro González Iñárritu sabía que Leonardo DiCaprio estaba dispuesto a ir a los confines de la tierra para filmar la historia épica del siglo XIX The Revenant, tal como lo quería el meticuloso director mexicano.
González Iñárritu consideraba a DiCaprio el actor ideal para el papel de Hugh Glass, un cazador de pieles de la vida real que sobrevivió al ataque de un oso y fue en busca de los compañeros que lo abandonaron por muerto en el yermo implacable.
Una y otra vez a lo largo de casi un año de producción, el actor nominado al Óscar y ambientalista demostró su pasión por el filme: comió carne cruda de bisonte, se desnudó en temperaturas bajo cero y se zambulló en un río gélido.
“Para mí se trataba de tener estos pensamientos y tratar de experimentar de veras el dolor de este hombre”, dijo DiCaprio.